domingo, 30 de diciembre de 2007

Un año más con saldo a favor.

Hace un año escribí una serie de 4 entradas en este blog donde contaba lo afortunado que era pues estaba iniciando el 2007 con un saldo a favor. Durante cuatro capítulos enlisté las razones por las que, tan agradecido, afirmaba este hecho, pues tenía motivos de sobra para así hacerlo.
Y este año, una vez más, lo puedo a agradecer así. Recuerdo incluso, hace poco, decirle a alguien: “Es que cada año es mejor” y así ha sido en verdad. No solo porque la suerte me ha sonreído, como muchos podrían pensar, sino porque yo también le sonrío a ella.

¿A qué me refiero con esto?
A que he aprendido a ser profundamente agradecido con la vida y dar gracias día a día por todas las bendiciones que he recibido. Y sí, dentro de ellas cuento también a los retos grandes y pequeños que he tenido que enfrentar, pues cada uno de ellos, por difíciles que hayan sido han resultado, siempre y sin falta, ser una lección de vida que me ayuda a prepararme mejor.

Aquellos que me conocen en lo personal saben que efectivamente soy muy afortunado, pero los que me conocen aún mejor, saben también que, al igual que todos, he tenido que enfrentar momentos realmente difíciles en el pasado. Pero gracias a Dios, a la vida, al universo y esas mismas personas que están y han estado conmigo, logré superar los días de niebla para descubrir que no había más que luz tras aprender la lección.

Se que retos habrán muchos aún, pues es parte de la evolución normal de la vida, pero se también se que siempre habrán más razones para decir, siempre de corazón: “Gracias vida por dejarme vivirte así de feliz”.

Así pues hoy llega el último día del año y una vez más puedo afirmar que comienzo ya el 2008 con un gran saldo a favor.

Un saldo a favor porque:
  • Mi familia y yo estamos sanos y fuertes; llenos de energía, salud y bienestar.
  • Estamos por recibir la llegada de la más bella (después de su mamá claro) niña que jamás haya llegado nuestras vidas. (papá cuervo ¿qué esperaban?).
  • Tenemos un hogar lleno de luz y de amor, repleto de abundancia y de prosperidad.
  • Tanto mi esposa como yo, aún contamos con la luz de nuestros padres con quienes podemos todavía compartir nuestros días. Y por si fuera poco también tenemos hermanos, hermanas, tíos y tías, sobrinos y sobrinas y amigos y amigas con quienes compartir también.
  • Ambos, tenemos unos empleos increíbles, donde podemos trabajar haciendo lo que mejor sabemos y más disfrutamos hacer. Y además, tenemos la oportunidad de colaborar con otros proyectos, escribiendo, entrenando, asesorando y ayudando a otros también.

Así que díganme sino tengo razón en que tengo un gran saldo a favor.

Ahora bien, a pesar de que dicen por ahí que solo cuando enfrentamos grandes dificultades y momentos difíciles es cuando aprendemos y crecemos, yo creo que también de los buenos tiempos podemos aprender.
Estoy convencido de que no es necesario esperar a caer en la enfermedad para apreciar tu salud, ni perder a un ser querido para darte cuenta de cuanto lo quieres o peor aún de todo lo que te falto decirle mientras lo tenías contigo, o quedarte sin empleo para valorar el trabajo que tenías.
Hoy se que todos los días son el mejor día para dar gracias y apreciar todo y a todos a tu alrededor y se también que no basta con decir gracias (eso lo puede decir cualquiera de dientes para afuera, aunque también es un buen inicio: comiencen todos los días dando gracias, aun si lo sienten falso, y verán que al cabo de unos días lo dirán ya con sinceridad), sino que hay que actuar agradecido también, y hoy comprendo que puedo hacer un mejor trabajo para demostrar mi agradecimiento, así que este año pienso hacer un mejor uso de mi saldo a favor:

  • Cuidando más a mi cuerpo y mi salud, y la de mi familia.
  • Siendo más cariñoso y comprensivo con mi esposa (¡sí más aún!).
  • Siendo el mejor padre (aunque primerizo) que pueda ser: amoroso, dedicado, paciente, consentidor en todo momento, más estricto cuando se requiera.
  • Trabajando con mayor empeño y pasión.
  • Compartiendo más tiempo con mis padres, mis hermanos, mis amigos y mi familia en general.
  • Procurando siempre que en mi hogar haya luz y amor y abriéndole las puertas a la abundancia y la prosperidad.
  • Compartiendo esa abundancia con los demás.
  • Deseándoles a todos la mejor de la suerte.
  • Y siempre, día con día y en todo momento, agradecer a la vida todas las bendiciones que nos da y decirle de nuevo: “Gracias vida por dejarme vivirte así de feliz”.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Navidad y la diversidad.

Pues sí, ha llegado ese momento del año esperado por muchos y rechazado por otros.
La época del año que calificamos como la temporada de dar amor y afecto, de regalos y reuniones familiares, de depresiones y nostalgia, de amigos y colaboradores, de fiestas y posadas, de vacaciones y descanso.

¿Pero y que hay del significado religioso de la Navidad? ¿Qué acaso se han olvidado de la celebración del nacimiento de Jesús?
Bueno pues de ese significado, justo de ese no voy a hablar hoy. Seguramente ya hay muchos que están escribiendo sobre lo importante que es recordar que Jesús vino a este mundo a morir por nosotros y nuestra salvación. Tantos que no tiene caso escribir más de eso.

Aunque antes de continuar sí quiero aclarar que soy Católico y que, aunque no practico activa y tradicionalmente mi religión, si creo firmemente en Dios y en Jesús y en la Virgen María, pero sobre todo, creo en tener una vida espiritual rica y diversa que te ayude a crecer como ser.

Y es precisamente por eso que decidí tocar este tema en esta ocasión: Diversidad.

¿Por qué es que si uno de los valores que tanto predica el catolicismo es el del respeto de otras religiones y creencias, el nacimiento de Jesucristo es celebrado en tantos lugares, incluso con vacaciones oficiales, mientras que las fechas claves de otras religiones son totalmente ignoradas?

Debo confesar que yo tampoco le habría dedicado ni dos minutos de pensamiento a este cuestionamiento de no haberme topado con una de las entradas del Blog de Penélope Trunk hace unos días. En el, Penélope habla sobre por que se impone la celebración de la Navidad a las personas que ejercen una religión diferente.

Lo que me llevó a pensar sobre la situación: Supongamos que fuera yo Hindú o practicara el Hinduísmo. ¿Por qué habría de tomarme 2 o 3 días de vacaciones oficiales en Diciembre, si para mi lo importante es celebrar en Noviembre el Festival de las Luces de DEEPAVALI (o DIWALI dependiendo de la región)? Y sin embargo los Hindis que viven en México no tienen derecho a tomarse el día, más que a cuenta de sus vacaciones para celebrar lo que para ellos es un festejo tan importante o más que el de la Navidad.

Lo mismo sucede con los Buddistas. El nacimiento de Budda se celebra en Abril 8 de acuerdo al calendario Lunar o en Mayo siguiendo el calendario Solar, y hasta donde yo se ninguno de esos dos días son oficiales para que quienes ejercen esta religión puedan realizar sus festejos con la misma tranquilidad y tiempo que tenemos los Católicos y los Cristianos.
O con los judíos en YomKipur, quienes a pesar de sí tomarse el tiempo para celebrar y hacer honor a sus tradiciones religiosas, igual lo tienen que hacer a cuentas de sus vacaciones personales.

No pretendo crear ninguna polémica alrededor del festejo de la Navidad, al contrario, estoy ansioso por sentarme a la mesa en la Cena de esta celebración y disfrutar de la plática, de los amigos y de la familia. Yo soy, al fin y al cabo, un gran fanático de la Navidad y todo su sentido religioso y por que no, también del comercial, me encantan los villancicos, los árboles navideños y Frosty the snowma es una canción que traigo pegada casi todo el año.

Mi intención es solo honrar el nacimiento de Jesús, notando que existen otras celebraciones tan importantes como esta en otras religiones y honrar a aquellos amigos míos que las practican. Tan solo espero algún día poder compartir su celebración sentado a la mesa a su lado.

Pero mientras tanto: Felíz Navidad.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Mi mudanza y el halcón de Gengis Jan

Este fin de semana nos mudamos de casa.

Para aquellos que lo han hecho en el pasado, no les sonará nada extraño que les diga lo pesado que fue. Extenuante diría yo.
Y no solo el día preciso del cambio de casa, el cual por cierto fue una locura pues los amigos del servicio de mudanzas, a pesar de todo los profesional que dijeron ser, se les ocurrió llegar con una pequeña camioneta y solo 3 cargadores, lo que resultó en tener que realizar 3 viajes para poder transportar todos nuestros muebles hasta nuestro nuevo hogar.
Pero bueno esa no es la historia que hoy quise compartirles, sino otra muy diferente.
Resulta que una noche antes del gran día de cambios, aún faltaba por lo menos una tercera parte de las cosas por empacar. Mi cansancio era evidente y mi fastidio mucho más. Y como en toda situación difícil en la que adoptas una actitud tan equivocada como lo estaba siendo la mía, las cosas tienden a empeorar: se acabaron las cajas que habíamos comprado para empacar, eran las 6:45 de la tarde en un viernes de quincena (para los que no son de aquí, un viernes de quincena es un día muy esperado y a la vez muy temido por todos los que vivimos en la Ciudad de México, pues es día de paga y si cae en viernes, quiere decir que el ya habitual e imposible tráfico de la ciudad, será mucho peor) y yo tenía que salir a comprar más cajas, llegué a la tienda y la dueña (una señora hosca, de edad avanzada y para nada agraciada por el rostro dulce de una tierna abuelita) prácticamente me cerró la puerta en la cara diciendo que los viernes cerraban a las 7.
Aquellos que me conocen bien estarán riéndose a carcajadas de mi, pues se estarán imaginando el coraje y berrinche que estaba haciendo… y sí mis queridos amigos, caí una vez más víctima del síndrome del Pato Donald.

Más tarde esa noche, después de haber ido a cenar fuera con mi esposa y de haber entendido que lo que faltaba de empacar de todas maneras se iría con nosotros, me senté a leer un pasaje del nuevo libro de memorias de Paulo Coelho, titulado: Ser como el río que fluye, que me hizo reflexionar mucho a cerca de los graves errores que podemos hacer al actuar con enojo.
En este, Coelho narraba la historia que un grupo de cazadores en Kazajstán compartieron con el. He aquí mi versión resumida de la misma (espero hacerle justicia):

En alguna ocasión el famoso guerrero Mongol Gengis Jan, salió de cacería junto con su grupo de seguidores, todos portaban arcos, flechas y lanzas, excepto el, que traía consigo a su halcón favorito, pues consideraba que con la vista e instinto que el ave tenía, sería mucho más efectivo que el mejor de los arqueros del grupo. Pero al final de día regresó frustrado y con las manos vacías. Decepcionado se alejó un poco del grupo para sacudir su enojo mientras caminaba. Entonces llegó a un pequeño riachuelo por el que corría un pequeño hilo de agua; sediento tomo la copa de plata con la que siempre cargaba y comenzó a llenarla, solo que cuando estaba a punto de completarla su halcón le atacó provocándole tirar la copa. Enojado levantó la copa, la sacudió y la volvió a llenar, pero el ave, antes de que el fundador del imperio Mongol pudiera beber, le volvió a tirar de la mano la plateada copa. Así que ya muy enojado, mientras se disponía a llenar su copa por tercera ocasión, con el agua que parecía ir acabándose, colocó su espada al lado y mientras la llenaba con las últimas gotas que por ahí caían, mantuvo un ojo vigilante en el halcón, de modo que cuando este de acercó de nuevo tirándole la copa por una vez más, él, con su sable, lo atravesó justo por el centro del pecho.
Realmente enojado porque ya no caían más gotas de agua, pero decidido a beber aunque fuese tan solo un trago, escalo las rocas por las que había descendido el riachuelo, en busca de la fuente de este, y al llegar ahí encontró flotando muerta dentro del estanque una de las víboras más venenosas de la región y tan solo un trago de esa agua hubiera bastado para que no estuviéramos leyendo este relato ahora.
Entonces Jan regreso a su campamento con su inerte halcón en los brazos. Mando a hacer una reproducción del ave en oro y en una de las alas grabó: “Aún cuando un amigo hace algo que no te gusta, este sigue siendo tu amigo”. Y en la otra: “Cualquier acción motivada por la furia es una acción condenada al fracaso”.

Por supuesto mi actitud al día siguiente para la mudanza fue muy diferente y en lugar de sentirme afectado y malhumorado por esta, decidí divertirme, pasármela bien y disfrutar del día, después de todo no todos los días tienes la oportunidad de cambiar de casa y volver a empezar.

domingo, 9 de diciembre de 2007

1 metro

¿Qué es un metro para ti? ¿100 centímetros, un paso, una cita puntual a ciertas horas del día, una medida, un espacio, 39.37 pulgadas, un nada?
¿Cuántos minutos al día le dedicas a pensar en un metro? Sin duda deben ser muchísimos, tantos que en tu mente no debe caber mucho más contenido que metros y metros de pensamiento. ¿Cuántos metros posees como tesoro, cuántos has conquistado y cuantos te han arrebatado?


Seguramente un metro debe de ser algo muy preciado. Algo hasta místico quizás, capaz de convertir a cualquiera en el rey o la reina del universo (porque, por lo que he visto, un metro no distingue géneros). O si no seguramente provocará una sensación orgásmica y placentera o talvez incluso provea a su poseedor del secreto mágico para obtener felicidad y vida eterna.

¿Que no? ¿Entonces por qué todos los días cientos de miles de personas tan solo llegadas las 6 de la tarde se lanzan ferozmente a la calle transformando sus coches en verdaderos tanques de guerra con los que competirán a sangre por el metro de enfrente?
¿Qué es lo que pasa con la gente cuando conduce en el tráfico y comienza a aventar su auto contra otros para no dejarlos pasar ni un metro, aún cuando ellos mismos saben que tampoco ellos van a poder avanzar?

Es como si perdieran por completo el uso de la razón y cedieran su habilidad de manejar al señor Hyde que al parecer todos llevan dentro, arriesgando no solo la integridad de sus autos, sino sus vidas y las de los demás.


Tan solo el otros día venía yo manejando a las 7:30 pm, entrando al entronque de Viaducto y Periférico, justo en el punto en que tres carriles (uno inexistente pero inventado forzadamente a la mala por los GRANDISIMOS GANDALLAS que pasan por ahí), se convierten en los dos que sí están muy bien marcados; cuando me toco ver como uno de estos GRANDISIMOS GANDALLAS en un destartalado y en muy mal estado Nissan Tsuru trataba de ganarle el metro sagrado a una camioneta X-terra que bien venía alineada en el carril correcto. Entonces, la bestia (por falta de un mejor adjetivo) que “manejaba” el Tsuru en su ridícula insistencia de avanzar y colarse en un espacio que simplemente no existía, golpeó el lado derecho la camioneta aquella, dejando colgado su propio espejo lateral izquierdo.
“Entonces desistió” pensaría cualquiera. ¡Pero no! El loco visiblemente enfurecido trato de cerrarle el paso al vehículo utilitario, terminando de arrancar por completo lo que le quedaba de espejo.
“Ahora sí, ahí le paro” estarán pensando. Pues no. En ese momento el engorilado conductor sacó medio cuerpo por la ventana de su pequeño y “Des-pejado” automóvil para comenzar a golpear, al mejor estilo de “manitas calientes” la puerta y el cristal de la X-terra, mientras que el chofer de esta continuaba avanzando lentamente por su carril, al son de la cantaleta de insultos que el soberano idiota del Tsuru dejó de gritar una vez que satisfecho con su salvajez se colgó del espejo de la camioneta hasta arrancarlo también.

¿Y qué hacía toda la gente que pasaba por ahí? Lamentablemente nada. Bueno sí algo, ver el show de medio tiempo del viaducto, cortesía de un implacable campeón de la lucha por un metro más.

Me pregunto que hubiese pasado si el conductor de la X-Terra hubiera traído consigo una pistola o un arma con que defenderse o peor aún, que habría pasado si el de la pistola hubiese sido el gorila del Tsuru.
¿De verdad las personas que vivimos en esta ciudad estamos tan enfermos por ganar un metro más? ¿Estamos realmente concientes de lo que ponemos en juego en nuestro ridículo afán de pasar primero que los demás?

¿En verdad te interesa tanto ganar un metro más? Demuéstralo. No con actos de vandalismo e incivilidad, sino con acciones a favor de los demás.
¿Por qué no en lugar de empujar tu auto contra el de los demás, usas esa energía para saltar un metro más y abrirle la puerta a las personas que vienen saliendo del restaurante al que tu vas a entrar, o por qué no detenerte un metro atrás del cruce peatonal en lugar de sobre de el, como todos los hacen habitualmente y así dejar cruzar la calle a los transeúntes con mayor libertad, o por qué no parar y ceder el paso a al conductor de al lado que solo quiere cruzar?

¿No sería más fácil si así todos nos dejáramos pasar?

domingo, 2 de diciembre de 2007

33 razones para dar gracias.

  1. Porque empiezo cada día a tu lado.
  2. Porque puedo abrazarte cuanto quiero.
  3. Porque hemos formado un hogar lleno de luz y de amor.
  4. Porque estas sana y llena de energía.
  5. Por tu sonrisa que me ilumina todos los días.
  6. Porque tengo la fortuna, como pocos, de conocerte prácticamente toda mi vida.
  7. Por tus lecciones.
  8. Porque me haces querer ser una mejor persona.
  9. Por la beba hermosa, sana y adorada que estamos esperando.
  10. Por la familia que hemos formado.
  11. Porque todas las noches, antes de dormir, puedo besarte.
  12. Porque comparto mi vida con mi mejor amiga.
  13. Porque mi mejor amiga es mi pareja, mi novia, mi amante, mi esposa, mi compañera.
  14. Porque me has enseñado a comer mejor y ser más sano.
  15. Porque a veces en las madrugadas me despiertas y me haces sonreír.
  16. Porque siempre ayudas a la gente.
  17. Porque tratas a todos con amor y consideración.
  18. Porque juntos hemos construido una vida llena de abundancia y prosperidad.
  19. Porque disfruto cada segundo de tu compañía.
  20. Porque llevamos casi 10 años juntos, caminando de la mano.
  21. Por como me inspiras.
  22. Por tus ojos profundos, sinceros y llenos de amor.
  23. Porque me haces sentir como un niño otra vez.
  24. Porque a tu lado puedo ser yo sin pretensiones ni apariencias.
  25. Por todas las llamadas por teléfono que nos hacemos al día, como si aún fuéramos novios de tan solo un mes.
  26. Porque me has enseñado a disfrutar de cada momento.
  27. Por tus caricias por la mañana.
  28. Por todo el amor que me das.
  29. Por todas las experiencias y lecciones que hemos compartido.
  30. Porque me he casado con mi amiga de la infancia.
  31. Por la huella que imprimes en todo lo que haces.
  32. Por como bailas cuando estás contenta, llenando de luz todo el lugar.
  33. Porque hoy cumples 33 años y una vez más estoy a tu lado para celebrarlo.

    Gracias, mi amor.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Aprende a desaprender.

“… al ver la jarra de té que había dejado en la mesa, la tomó y comenzó a servir té en mi taza. Vertió hasta que esta se encontraba llena ¡pero entonces, siguió vertiendo! El té comenzó a chorrear por los lados de la taza, primero en la mesa y después sobre la preciada alfombra persa de mi esposa. Al principio observé silencioso, pero no pude soportarlo más. “¿Qué haces Julian? Mi taza se está derramando. ¡No importa cuanto lo intentes no le cabe nada más adentro!” Grité impacientemente.
El me miró por un largo momento y dijo: “Por favor no me lo tomes a mal John. Realmente te respeto, siempre lo he hecho. Pero tal cual esta taza, tú pareces estar lleno de tus propias ideas. ¿Y cómo entonces pueden entrar nuevas…sino hasta que primero vacíes tu taza?”

El Monje que vendió su Ferrari, Robin Sharma

En los últimos dos días estuve sacando del armario ropa y artículos personales que ya desde hace tiempo no he usado y que estaban ocupando demasiado espacio, lo que resultaba en que cada vez que quería guardar alguna prenda nueva, esta se maltratara al forzar su entrada en un espacio que ya había rebasado su capacidad.
Así que después de varios días de hacerme creer que ya lo haría, por fin me armé de energía y puse manos a la obra. “Afuera lo viejo y adentro lo nuevo” me recordaba cada vez que sentía ganas de dejar todo igual e irme a descansar, y como la tentación de hacerlo era demasiado fuerte, me lo repetí un sin fin de veces.

Tanto me dije esta frase, que me recordó una anécdota que recientemente viví:
Hace unas semanas asistí a un entrenamiento para prepararme para mi nuevo trabajo, a este curso asistieron otras personas también, gente de muy diversos antecedentes, originaria de distintos países, Australia, Corea, Singapur, India y México (¡SI SEÑOR!).
Y así como variados eran nuestros antecedentes, también lo eran nuestras carreras profesionales. Todos con una gran experiencia y amplios conocimientos en nuestras áreas de especialización.
Entonces comenzó el entrenamiento, horas y horas llenas de información, datos estadísticos, teorías, casos prácticos y por supuesto instrucción en el uso correcto de los sistemas de la empresa.
Debo confesar que en mi caso, todos los días llegadas las 5:30 de la tarde sentía que en mi cabeza ya no iba a entrar nada más, la vista cansada me exigía que volteara a ver fuera de la venta hacia los jardines del campus donde me encontraba. Mi imaginación (que como verán, a ratos es muy prolífica) comenzaba a volar llevándome de los jardines, a las distintas cafeterías del lugar “¿qué me podría comer ahora mismo?”, a los centros comerciales cercanos “¿Qué podría estar comprando en este momento para mi esposa y mi bebé?”, a las oficinas donde estaba pasando toda la acción “¿Cómo podría estar colaborando allá arriba?”… a la vez que en el mejor estilo del Angelito del hombro derecho y el diablito en el izquierdo mi conciencia me decía: “pon atención que este tema es muy importante” mientras que se auto respondía “tranquilo hombre, al fin eso ya medio lo sabías y lo otro ni lo vas a usar tu”

Entonces, este cerrado debate entre la diestra y la siniestra, se vio interrumpido cuando escuché a uno de mis compañeros del curso, quien por cierto tenía ya más de 5 años haciendo un trabajo muy similar al para cual nos estaban entrenando, decirle a nuestro instructor: “lo siento, es que llevo tantos años haciendo esto de esta manera que me cuesta mucho trabajo seguir las instrucciones que nos estás dando. No puedo entender porque no puedo seguir haciéndolo a mi modo…”

Fue justo en ese momento que la frase del inicio de esta entrada vino a mi mente, recordándome que para poder seguir aprendiendo, a veces uno tiene primero que desaprender lo que ya sabe. No porque tus conocimientos actuales o anteriores estén equivocados, tal vez solo reafirmes lo que ya sabías. Sino para abrirte a todo el conocimiento que está allá afuera listo para ser digerido, comprendido y compartido por nosotros.

Después de todo es el nuevo conocimiento lo que nos ayuda a seguir creciendo. Sin el no podríamos entender el lugar en el que estamos parados hoy, ni mucho menos que existen otras opciones para continuar mejorando. Nos quedaríamos estancados, detenidos por nuestra propia ignorancia de sabios, creyendo pues que ya hemos llegado a la cumbre, cuando en realidad, talvez estemos tan solo en el primer escalón.

Así que hoy, mientras vaciaba mi closet para dejar entrar nuevas cosas en el, quise venir con ustedes a preguntar ¿cuándo fue la última vez que accedieron a vaciar su mente ya olvidar lo que sabían ya para dejar entrar en ustedes un nuevo conocimiento que enriquezca su vida?

lunes, 19 de noviembre de 2007

Rodéate de fortalecedores.

No, no estoy hablando de vitaminas para fortalecer el cuerpo, sino de influenciadores o agentes de sucesos positivos en nuestras vidas.

“¿pero de qué esta hablando este loco en esta ocasión?, Ahora sí no le entendí nada.” Estarán diciendo justo ahora.

Pero les digo que no estoy, por lo menos, tan loco.

Es que ya van muchas las conversaciones que he tenido cerca de porque a algunas personas les va tan bien en la vida y a otras no tanto. Y después de un enorme número de discusiones, análisis e intentos de desarmar y rearmar el mundo, creo que he llegado a una teoría sobre porque algunas personas tienden a quejarse mucho sobre su entorno y dedican tanta energía a enfocarse en todo lo que no funciona en su vida y a lamentarse porque no tiene lo que otros sí. (Y sin embargo no hacen nada por mejorar).

Y porque, por el contrario, existe un grupo de gente que siempre está contenta, agradecida y emocionada por como le va en su vida.

¿Cuál es esa teoría?

Antes que nada y para descartarlo de una vez, no es por su situación socio económica, pues conozco a mucha gente que a pesar de ser privilegiados en ese aspecto, siempre tienen algún mal del cual quejarse, y a la vez también conozco a otras que no tienen las ventajas económicas o sociales que los otros, pero que sin embargo tienen una vida feliz y plena.

Pienso que la gran diferencia entre ambos grupos, talvez se deba a que en el primero, los quejumbrosos, por ponerles un nombre, a pesar de que no se sienten bien con la manera de llevar sus vidas, en verdad creen que así debe ser, pues es lo que ven todos los días, en casa, en el trabajo, con sus familiares y con sus amigos.

Mientras que el segundo, no se conforma con eso y entiende que a pesar de las cartas con las que les haya tocado jugar, ellos tienen la posibilidad de decidir tomar la iniciativa o dejarse llevar por su entorno. Comienzan a actuar en su vida antes de que esta actúe sobre ellos y toman decisiones a veces muy difíciles como alejarse de la gente que, aunque sea un ser querido y cercano, estén afectando sus vidas llenándolas de negatividad; familiares, jefes o amigos que en lugar de proveerles de energía positiva, les generan estrés, les llenan de críticas y descalificaciones o los inundan con sus vicios o simplemente los contagian con su visión oscura de la vida.

Piénselo, no estoy exagerando. Creo que es justo lo que querían decir cuando crearon el refrán: “Dime con quien andas y te diré quien eres”.

Definitivamente las costumbres, los hábitos y la visión de vida de aquellos con quienes convivimos termina pegándose de una forma u otra a nosotros, afectando también como vivimos nuestras vidas.

¿Quieres una vida productiva, llena de bienestar, salud y energía positiva? Comienza a actuar como si ya tuvieras una vida llena de bienestar, salud y energía positiva.

Rodéate de personas que sí tendrán un efecto positivo en tu vida y aléjate de las negativas. Frecuenta lugares que reflejen el tipo y estilo de vida que quieres tener.

Rompe con los estereotipos y date la oportunidad de conocer de verdad a la gente. Deja de clasificar a la gente en el pandroso, el nerd, el yuppie, el fresa, el hippie, etc. Y conócelos, date cuenta que muchas de las actitudes y comportamientos que en ocasiones les criticas, son exactamente aquellos que tú quisieras tener o hacer.

Adopta un modelo a seguir, aprende de ella o de el, aquellas cosas que más le admires e imítala, imprimiéndole tu propio estilo a dicha cualidad.

Comienza a practicar concientemente los hábitos y conductas que quieras tener, aun cuando en un principio no los sientas naturales, pues con el tiempo serán parte de ti.

Recuerda, la persona que serás en 5 años será un reflejo directo de con quienes hoy te relaciones, las cosas que aprendes y los hábitos que hoy practicas.

Ya lo decía Eurípides: “Aquel que anda junto a los sabios será un sabio”.

lunes, 12 de noviembre de 2007

GPS.

¿Han usado un GPS en alguna ocasion?

Yo sí. Hace unos días, en un viaje de trabajo, me ví en la necesidad de rentar un coche para poder transportarme fácilmente de un lugar a otro, y contrario a lo que normalmente acostumbro hacer cuando rento un carro (compulsivamente veo mapas en Internet, me conecto a Google Earth, pido mapas en el local de la renta de autos y trazo caminos y rutas por adelantado), en esta ocasión pedí el automóvil con un GPS.

Un GPS o Global Positioning System es, para aquellos que no están tan familiarizados con los últimos avances tecnológicos, un sistema de ubicación geográfica, que envía una señal a un satélite, o a 27, para ser más exacto, que a su vez ubican perfectamente el lugar desde donde dicha señal es emitida, reflejándola así sobre un mapa. De modo que, el usuario del GPS puede ubicarse en el mapa, escribir la dirección del destino al que quiere llegar y ¡voila! Como por arte de magia el pequeño aparatito comienza a trazar el camino a seguir en una pequeña pantalla, a la vez que también una voz va girando instrucciones de en cuantas millas habrá que dar vuelta, hacia donde, dándote inclusive hasta el nombre de la calle en donde habrás de entrar.

Como se podrán imaginar, al inicio estaba yo realmente impresionado y emocionado, tal como un pequeño niño con un juguete nuevo. “Que cosa tan más simple, que increible, no más preocupaciones de como llegar”, pensaba yo maravillado.
“¿No sería genial si así funcionaran nuestras vidas también? Tan solo decir a donde quiero ir, hasta donde quiero llegar y que un pequeño guía nos vaya diciendo con exactitud cada movimiento que hacer para llegar hasta ese lugar” me preguntaba equivocadamente y en silencio.

¿Y por qué equivocadamente? Probablemente se estén preguntado.

Es muy sencillo en realidad. Verán, a los pocos días de conducir guiado por este aparatito, me dí cuenta de una cosa: simplemente no conocía la ciudad.
Me había vuelto flojo, no me había tomado la molestia de ni siquiera fijarme en los nombres de las calles ni en mis alrededores. Estaba totalmente a la merced de un descerebrado aparatejo que se había apoderado de mi destino, cuando lo único que podía hacer en realidad, era recomendar caminos previamente trazados por otras personas que sí se habían dado a la tarea de escoger lo que para ellos parecía la mejor ruta. ¿pero que tal si en el camino yo quería tomar una desviación o un detenerme a tomar un descanso? ¿que pasaría si yo decidiera tomar otro rumbo? Comencé entonces a desviarme de la ruta que aparecía en el monitor, pero cada vez que lo hacía se escuchaba la robotizada vocesita aquella que fríamente decía: “RE-CAL-CU-LAN-DO-RE-CAL-CU-LAN-DO” y que necía, me volvía a decir por donde ir.

Entonces me armé de coraje y, a pesar de haber pagado por adelantado la renta de aquel enajenante dispositivo, lo quité del tablero del auto, lo desconecté del encendedor del coche y lo enterré en el rincón más profundo y recóndito de … la guantera del automóvil.
Así, tomé mi austero mapa y volví a confiar en mi sentido de orientación, que no es por nada, pero siempre ha sido muy bueno, y retomé el control de a donde y sobre todo por donde quiero ir.

Claro que sería muy cómodo que alguien nos guiara en nuestras vidas y nos dijera como, donde y cuando. Seguramente no tendríamos nada de estrés ni de preocupaciones, pero tampoco nada de iniciativa, experiencia y conocimiento.
Y pensar que muchos en efecto le otorgan a otros el poder de dirigir sus vidas. Con tal de no cargar con las culpas de sus errores, son capaces de ceder su iniciativa a religiones, creencias, compañías, sociedades y sí, a familiares también.
Le confieren a otros el poder de decidir por donde avanzar, o mejor dicho, quedarse estancados en sus vidas, creyendo que una fría y calculadora vocesita les seguirá diciendo de por vida: “CAL-CU-LAN-DO-CAL-CU-LAN-DO-DA-VU-EL-TA-Y-A-VAN-ZA-DE-TEN-TE”.

No, definitivamente eso no es para mi. En lo que a mi respecta seguiré trazando yo mismo el rumbo por el que quiero llevar mi vida, continuaré visualizando claramente a donde quiero llegar y cada vez que me tope con una desviación (porque si algo es seguro es que las habrá), me tomaré un respiro, fijaré fírmemente mi mirada en mi destino y volvere a tomar mí camino, aprendiendo, experimentando, creciendo, disfrutando y compartiendo.

Y por supuesto, la próxima vez que rente un coche, ¡nada de GPS!

domingo, 28 de octubre de 2007

El miedo no es más que una lección por aprender.

¿Alguna vez se han puesto a pensar por qué tienen miedo de las cosas? O me voy un paso atrás, exactamente ¿a qué le tienen miedo?

No, no pretendo jugar a Juan sin miedo. Estoy seguro de que hay muchos miedos bien fundados como el miedo que se debe sentir cuando se está frente a una guerra, a una catástrofe natural o algún tipo de ataque físico o psicológico en contra nuestra o de algún ser querido.

Pero peor que estos, también existen los miedos infundados, es decir el temor a lo desconocido. Todos, en repetidas ocasiones, los hemos tenido.
Desde que éramos pequeños y entrábamos a estudiar a un nuevo colegio, cuando por primera vez nuestros papás apagaron la luz de nuestra habitación para que nos fuéramos a dormir; más delante de adolescentes cuando no sabíamos qué queríamos estudiar o que iba a ser de nosotros al salir de la universidad.

Cada vez que nos enfrentamos a algo nuevo que no conocemos, las probabilidades de que sintamos mucho miedo son muy altas, especialmente cuando sentimos o pensamos que no estamos preparados para ese paso.

Se que no es la primera vez que escribo sobre este tema, pero en verdad creo que es uno que merece meditar al respecto una y otra vez, porque solo cuando uno logra entender sus miedos es cuando uno los puede por fin vencer.

Como decía Marie Curie: “Nada en la vida esta para ser temido. Está solo para ser comprendido.”

Después de meses de pensar al respecto sigo creyendo que el miedo es una oscura venda que se planta frente a nuestros ojos, impidiéndonos ver lo glorioso de las cosa que hay pasando ese velo, y que este muta, se altera, se transforma y crece más en la medid en que tratamos de darle la vuelta. Es como una cortina infinita a la que nunca le encontramos el final.
Y estoy convencido de que la única manera de romper con esa venda es atravesándola, tirándola de un solo jalón y empujando nuestro paso a través de esta.


No es fácil y a veces encontraremos que, como un velo, tenía doble o triple fondo, pero no podemos parar, no debemos sucumbir ante el temor. Tenemos que empujar y aprender, debemos seguir adelante porque una vez que atravesemos el velo nos daremos cuenta de todas las grandes cosas que había atrás de el. La luz de una vida increíble ya no se verá filtrada por la negra tela del velo del miedo y comprendemos que lo que tanto temíamos estaba infundado, entendemos que ese miedo era tan solo una lección por aprender.

¿Y ustedes, esta semana, qué lecciones tienen que aprender y qué miedos deben de vencer?

martes, 23 de octubre de 2007

La frase de hoy

"Small daily improvements over time lead to stunning results." Robin Sharma.

Las grandes metas no se logran en un solo gran paso, es imposible y puede resultar altamente frustrante no tratar de escalar el Everest de un solo brinco.
Fijémonos pequeños pasos que uno a uno nos lleven, con firmeza a alcanzar esa gran meta.
Así no solo aseguramos que llegaremos hasta ahí, pero también tendremos la oportunidad de celebrar todos los días que hemos avanzado.

domingo, 21 de octubre de 2007

Cambio de formato

"Las nuevas cosas no llegan a donde no hay lugar", dicen por ahí, así que un pequeño cambio de formato para esta semana...
Una frase en que pensar para cada día.
La de hoy: "las nuevas cosas no llegan a donde no hay lugar"- Marlo Morgan.

¿Alguien quiere participar?

sábado, 13 de octubre de 2007

“Don't Hope, Friend...Decide!

Hace un par de días leí una historia publicada por Michael Hargrove, socio fundador de Bottom line underwitters Inc, una firma de consultoría en desarrollo profesional y ventas, ubicada en Oregon, E.U.A.

Me gustó tanto la lección que ahí presenta Michael, que no pude dejar de compartir esta historia con ustedes. La dejo en inglés, idioma en el que la historia fue escrita originalmente, pues no quiero alterar ningún significado al traducirla.

Para mi este relato definitivamente fue un recordatorio de que no basta con desear algo y sentarse a esperarlo, hay que decidirse a obtenerlo, hay que elegir la forma como queremos vivir nuestra vida y comenzar desde ya a actuar de acuerdo a la elección que hayamos hecho.

Me recuerda un poco a lo que el papá de mi amigo Chema, le decía cuando estábamos estudiando la universidad: “No digas…hazlo”.

Y precisamente porque no dijeron sino que hicieron algo al respecto de sus procesos de planeación y desarrollo creativo es que quiero aprovechar el espacio para agradecerles nuevamente a mis amigos del equipo de Marketing de The Walt Disney Company México por habernos permitido compartir nuestros pensamientos, puntos de vista, experiencia y conocimiento sobre el desarrollo de campañas de comunicación y mercadotecnia. Fue un placer impartirles el curso la semana pasada y cuentan totalmente con nosotros para continuar desarrollando nuevos talleres de trabajo.


Y de regreso al tema de esta semana, los dejo con la narración de Michael Hargrove, Que la disfruten:
"While waiting to pick up a friend at the airport in Portland, Oregon, I had one of those life changing experiences that you hear other people talk about. You know, the kind that sneaks up on you unexpectedly? Well, this one occurred a mere two feet away from me!

Straining to locate my friend among the passengers deplaning through the jetway, I noticed a man coming toward me carrying two light bags. He stopped right next to me to greet his family.

First, he motioned to his youngest son (maybe six years old) as he laid down his bags. They gave each other a long, and movingly loving hug. As they separated enough to look in each other's face, I heard the father say, "It's so good to see you, son. I missed you so much!" His son smiled somewhat shyly, diverted his eyes, and replied softly, "Me too, Dad!"
Then the man stood up, gazed in the eyes of his oldest son (maybe 9 or 10) and while cupping his son's face in his hands he said, "You're already quite the young man. I love
you very much Zach!" They too hugged a most loving, tender hug. His son said
nothing. No reply was necessary.

While this was happening, a baby girl (perhaps one or one and a half) was squirming excitedly in her mother's arms, never once taking her little eyes off the wonderful sight of her returning father. The man said, "Hi babygirl!" as he gently took the child from her
mother. He quickly kissed her face all over and then held her close to his chest while rocking her from side to side. The little girl instantly relaxed and simply laid her head on his shoulder and remained motionless in total pure contentment.

After several moments, he handed his daughter to his oldest son and declared, "I've saved the best for last!" and proceeded to give his wife the longest, most passionate kiss I ever remember seeing. He gazed into her eyes for several seconds and then silently mouthed, "I love you so much!" They stared into each other's eyes, beaming big smiles at one another, while holding both hands. For an instant, they reminded me of newlyweds but I knew by the age of their kids that they couldn't be. I puzzled about it for a moment, then realized how totally engrossed I was in the wonderful display of unconditional love not more than an arm's length away from me. I suddenly felt uncomfortable, as if I were invading something sacred, but was amazed to hear my own voice nervously ask, "Wow! How long have you two been married?"
"Been together fourteen years total, married twelve of those," he replied without breaking his gaze from his lovely wife's face. "Well then, how long have you been away?" I asked. The man finally looked at me, still beaming his joyous smile and told me, "Two whole days!"

Two days?! I was stunned! I was certain by the intensity of the greeting I just witnessed that he'd been gone for at least several weeks, if not months, and I know my expression betrayed me. So I said almost offhandedly, hoping to end my intrusion with some semblance of grace (and to get back to searching for my friend), "I hope my marriage is still that passionate after twelve years!"

The man suddenly stopped smiling. He looked me straight in the eye, and with an
intensity that burned right into my soul, he told me something that left me a different person. He told me, "Don't hope friend...decide." Then he flashed me his wonderful smile again, shook my hand and said, "God bless!" With that, he and his family turned and energetically strode away together. I was still watching that exceptional man and his special family walk just out of sight when my friend came up to me and asked, "What'cha looking at?" Without hesitating, and with a curious sense of certainty, I replied, "My future!"

Michael D. Hargrove
© Copyright 1997 by Michael D. Hargrove. All rights reserved. Visit Michael's website at: www.bluinc.com

lunes, 8 de octubre de 2007

Recreación

Receso, descanso, vacaciones, recreo. Todos indispensables para poder seguir trabajando y continuar, precisamente, creando.

No es coincidencia que al momento que las escuelas dan como descanso entre clases, se le llame recreo, ¿saben? Y es que recreo quiere decir justo eso: volver a crear, y para que cualquier persona pueda volver a crear, necesita definitivamente descansar.

Descansar nos permite no solo renovar nuestra energía y bajar nuestros niveles de estrés, sino que también nos aclara la mente y nos desempolva la visión que tenemos sobre nuestra vida.Tomar un respiro en medio de nuestra rutina, nos permite ver las cosas desde otra óptica (a veces mucho más favorecedora) y por supuesto nos da la oportunidad de regresar a nuestras andanzas con nuevas, y casi siempre mejores, ideas. Y todo porque nos hemos regalado el tiempo de tomar un recreo y volver a crear.

Yo estoy justo en ese proceso de recreación y lo estoy disfrutando al máximo. Ya tengo muchas ideas en la mente sobre los importantes cambios que estoy viviendo en mi vida personal y en mi carrera profesional, a cerca de cómo quiero y voy a vivir mi vida en todos sus aspectos, y claro también, sobre los nuevos temas que quiero tocar con ustedes, nuevas entradas, nuevas discusiones y sí, nuevas ideas que proponer.

Pero la recreación, como podrán comprender, también es un proceso y toma su tiempo, así que por hoy, me voy a recrear.

domingo, 30 de septiembre de 2007

¿Cerrando ciclos o ascendiendo la espiral?

Creo que he llegado a una nueva conclusión a cerca del tema de “cerrar ciclos”

Normalmente decimos que cerramos un ciclo cuando termina una etapa de nuestra vida, tal como si asumiéramos que ese periodo vivido no tendrá más que ver en nuestro futuro. Pienso que no es correcto.
Creo que si un ciclo es representado por un círculo, este no tiene principio ni final, entonces ¿cuando inicia y cuando termina el ciclo? Tampoco creo que debería ser representado por una línea recta que te lleva de A a B y ahí queda todo, pues entonces sería asumir que tu vida ahí ha terminado.

Pienso que entonces un ciclo debería ser representado por una espiral invertida, un círculo que continúa avanzando hacia otros círculos, llevando a cada quien a su siguiente etapa o nivel.
Y que uno no puede definitivamente pasar de una etapa a otra de la espiral, sin haber terminado la anterior, misma que siempre tendrá un efecto positivo que apoyará en el avance de la persona hacia los siguientes niveles o ciclos de la espiral.

Yo acabo precisamente de dar una vuelta más a la espiral y la sensación es increíble. El sentimiento de haber logrado un objetivo y fijarte uno nuevo es refrescante, renovador y energizante.

Renovador porque sabes que acabas de llevar a un buen termino lo que venías haciendo y que todo, a pesar de los grandes retos, salió muy bien; y que estás a punto de volver a comenzar.

Refrescante, pues estas a punto de conocer nuevas caras, nuevos aires, nuevas aventuras.

Y energizante porque desde la cima de la montaña que ya has conquistado puedes ver el pico más alto de la nueva que ahora vencerás y aunque eso pudiera parecer agobiante, puedes con seguridad voltear a ver de donde vienes, el camino recorrido, las aventuras y desaventuras vividas y recordar los rostros de todas las personas que te apoyaron en el camino, las lecciones que te brindaron y el cariño que te dieron, y así tomar nuevos bríos pues puedes estar seguro de que, aunque algunos se hayan quedado en su parte de la espiral y otros hayan tomado su camino, siempre contarás con ellos, como ellos contigo.

Entonces pues, no se trata de cerrar ciclos sino de seguir ascendiendo la espiral de la vida llegando cada vez más alto, más lejos y a la vez más cerca, mucho más cerca de la meta final en la vida de cada persona, es decir más cerca de tu felicidad.

domingo, 23 de septiembre de 2007

¿Qué vas a hacer hoy por tu mundo?


Calentamiento global, smog, sobre población, fin de los recursos naturales, consumo excesivo de energéticos, desperdicio de agua, contaminación auditiva y visual, economías frágiles, hoyos gigantescos en la capa de ozono, glaciares derritiéndose, ríos desbordándose, inviernos más fríos y veranos más calurosos, cambios climáticos extremosos y con las guerras y amenazas terroristas o las crisis políticas, económicas y sociales, ni me meto.

Cuantas y cuantas amenazas hay hoy poniendo en una frágil línea a nuestras vidas ¿no creen? Hagan la cuenta y recuerden, tan solo en una semana, cuantas noticias alrededor de estos temas no escuchan, ven o leen.

A veces pareciera que por fin estamos abriendo los ojos y tomando conciencia. Lo escuchamos en un sin fin de conversaciones, formales e informales, lo leemos en el periódico, en las revistas y en la red y cada vez hay más y más programas de televisión, documentales y películas dedicadas causar una reacción inmediata ante tan inminente amenaza.

¿Entonces por qué no vemos ningún cambio real en nuestros días?

Si tanto hablamos de estos riesgos ¿por qué no hacemos nada al respecto en lugar de seguir hablando nada más?
Tal vez pensemos que lo que podemos hacer es muy poco y que en menos de poco contribuirá a mejorar las cosas. ¡Que equivocados estamos!
Quizá sea que no sepamos bien como contribuir, pero esto se soluciona muy fácilmente, existen muchas fuentes a las que podemos hacer referencia como:

·
http://saveenergy.micronblogs.com
· http://www.climatesaverscomputing.org/
· http://www.negasco.com/conservation/tips.php
· http://www1.eere.energy.gov/consumer/tips/pdfs/energy_savers.pdf
· http://www.cambio-climatico.com/los-diez-mandamientos-del-ahorro-energetico

O tal vez simplemente se trate de indecisión, pero cualquiera que sea la razón piensen bien esto: Mañana será muy tarde para explicar nuestra falta de acción hoy.

En realidad hay cosas muy sencillas que podemos poner en práctica ahora mismo y aunque para nada estoy cercano a ser un conocedor, se que pueden contribuir mucho, o por lo menos con un granito de arena más a ayudar en esta situación.
Algunas de estas yo ya las practico, otras estoy comenzando ahora mismo a hacerlo y otras más sé que debo de adoptar.
Aunque tengo que confesar que las he comenzando a hacer, no porque sea yo un gran ambientalista, sino porque he seguido el consejo y ejemplo de una persona que ya en varias ocasiones les he platicado que es mucho más sabia de lo que ella misma cree: mi esposa.
Y aquí se las recomiendo hoy yo a ustedes:

  1. Si están trabajando en su computadora y tienen que salir un momento de su oficina, apaguen el monitor, y las luces de su oficina también.
  2. Cada noche apaguen todo su equipo de cómputo antes de salir. Olviden la vieja idea de que si dejan encendido todo se desgasta menos el equipo.
  3. No impriman ningún documento a menos de que sea absolutamente indispensable.
  4. Si tienen papel usado y que ya no les es de utilidad, no lo rompan ni lo tiren. Pueden cortarlos en 2, 3 o 4 partes y hacer pequeños blocks de notas y recados.
  5. Cambien todos los focos de su casa a bombillas de bajo consumo de luz.
  6. Enciendan el calentador de su casa solo cuando estén listos para bañarse, el resto del día manténganlos apagado.
  7. Separen bien la basura en orgánica e inorgánica.
  8. Apliquen la regla de Usa, Re-usa y hasta después Recila. Si hay artículos o accesorios que puedan usar más de 2 veces, antes de pensar si quiera en reciclarlo, mucho menos en tirar, háganlo. Un buen ejemplo son las bolsas de plástico tipo Ziploc, clásicas para los sándwiches.
  9. Y hablando de bolsas de plástico, cada vez que vayan al super ¿por qué no llevar consigo sus propias bolsas, re-usables por supuesto, para no seguir gastando bolsas que tardaran años y años en descomponerse?
  10. ¿Qué tal usar el automóvil solo para lo imprescindible? Por ejemplo si pueden ir a algún lugar caminando, háganlo. Si pueden hacer “ronda” con alguien háganlo también.
  11. Báñense 5 minutos más rápido.
  12. Para rasurarse, en lugar de usar el agua corriente del lavabo o de la regadera, calienten una taza de agua, que con esta cantidad debería ser más que suficiente.
  13. Fumadores, por lo que más quieran no tiren más colillas en la calle y de preferencia, si pueden, dejen de fumar ya.
  14. Si no están cargando ningún aparato (celular, ipod, palm, laptop, etc.) dejen desconectados sus cargadores.
  15. Si tienen más de una televisión en casa, ¿porque no dejarlas apagadas y juntarse todos a ver una sola TV?. ¿Quién sabe quizá y hasta les sirva para convivir más con toda su familia, no?

Estas son tan solo 15 simples acciones que pueden comenzar a hacer ya, pero se que hay muchísimas mas que ni siquiera he pensado aún y que muy probablemente ya están aplicando ustedes, así que ¿Por qué no compartirlas con todos?

Esta semana les tengo 2 retos muy sencillos:

UNO: Escojan que acciones de estas 15 pueden hacer ya, comiéncenlas a hacer y en un par de semanas déjenme saber como les ha ido con estas.

DOS: Compártanme a través de sus comentarios en el blog, en sus respuestas por e-mail, en sus llamadas telefónicas y en nuestras pláticas en persona, más recomendaciones que podamos hacernos unos a otros y yo con mucho gusto las publicaré aquí mismo.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Patriotismo

Sí, ya se que puede sonar trillado u oportunista de mi parte hablar de este tema justo después del 197 aniversario de la independencia de nuestro país, pero es precisamente toda la parafernalia que hay alrededor de esta fecha, lo que me lleva a hablar del tema.

Para empezar todos los restaurantes, bares y antros con sus anuncios de “ven a festejar la patria con nosotros”, las ofertas especiales de alcohol y refresco “para festejar” las fiestas y las “noches mexicanas” y para colmo los inigualables programas especiales de Televisa y TV Azteca con sus transmisiones y coberturas nacionales presentando a “lo mejor del talento Mexicano”.
Y todos queriendo vestir el emblema de patriotas.

Con todo esto, no puedo dejar de preguntarme: ¿es esto a lo que el concepto de Patriotismo se ha reducido? A una serie de fiestas y promociones y programas especialmente hechos para vender más utilizando como pretexto el aniversario de la Independencia de México.
Tal vez no sea un gran conocedor de historia y sepa menos que muchos de ustedes a cerca de los grandes sucesos que hicieron de nuestro país (para bien o para mal) lo que es hoy, pero definitivamente sí puedo decir por lo menos que estas “fiestas” nada tienen que ver con lo que actuar como patriota verdaderamente significa.

Quiero decir, ¿Cómo es posible que alguien diga que es un gran patriota porque se viste de blanco, verde y rojo, con un sombrero charro y mientras maneja hacia la fiesta, tira las colillas de sus cigarros por la ventana del carro?
¿Cómo pueden hacerse llamar patriotas las personas que organizan una gran “noche Mexicana” en su casa para celebrar juntos el grito, en tanto que la señal de televisión por la que están viendo como el Presidente de México da el grito desde Palacio Nacional, es robada al vecino de la casa de a lado?
¿O como puede una empresa decir que es muy patriota porque dará uno o hasta dos días libres a sus empleados, por las celebraciones del 16 de Septiembre, cuando este día cae naturalmente en Domingo y por ley no tiene que ser puente este año, y a la vez está planeando cuan grande será el próximo recorte de personal Mexicano para poder pagar la nómina de los nuevos ejecutivos extranjeros que están por contratar?

¿Quieres llamarte Patriota? Actúa pues como un Patriota de verdad.
  • Levántate cada día pensando que harás hoy a favor de alguien en lugar de pensar en como los engañaras.

  • Sal de tu casa dispuesto a hacer hoy un gran trabajo.

  • Si usualmente manejas para ir a tu oficina, a la escuela o a cualquiera que sea tu destino, cede el paso, no uses tu carro como un tanque para “echar lámina” a los otros vehículos que van circulando por ahí. Aplica la regla de 1 y 1.

  • Deja de pensar en como no pagar tus impuestos, págalos y colabora.

  • No tires basura en la calle. Fumadores recuerden: UNA COLILLA TIRADA A LA CALLE SÍ TIENE GRANDES EFECTOS DAÑINOS. USEN EL CENICERO DEL AUTO.

  • Otro para los fumadores: se que odian que las personas que no fumamos les pidamos que no lo hagan con nosotros presentes y creen que estamos interfiriendo con su derecho a fumar libremente, pero recuerden que ustedes al fumar sí están atentando directa y agresivamente contra nuestro derecho a respirar. Respeten los espacios.

  • Si vas al banco, al cine o a cualquier otro lugar en donde te tengas que formar, por favor guarda tu lugar en la fila, no te quieras saltar a los demás.

  • Si eres un empresario o tienes un cargo de alta responsabilidad en una empresa, ten en mente que la única manera de hacer crecer la economía Mexicana es dando trabajo y oportunidades al talento Mexicano. Sí, es cierto hay una crisis importante de talento en en el país, ¿pero como vamos a mejorar si no les damos la oportunidad de aprender y hacer bien su trabajo?

  • Y si eres un individuo más buscando una oportunidad de hacer carrera, da lo mejor de ti, no te contrates en cualquier empresa solo por ganar dinero. Define un objetivo mucho más profundo para tu vida laboral.

Piensa en todos los valores que quisieras que tus hijos aprendieran de ti. Medita sobre el daño que no quisieras que te hicieran, ni a tu familia, ni a ti, ni a tu país. Haz tuya la conducta que quisieras ver en los demás cada día.

Practícalo todos los días y entonces sí di que eres un gran patriota de verdad.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Cruza el velo del miedo.


¿Cuántas veces has dejado de hacer algo que tanto has querido hacer tan solo por temor a equivocarte? ¿En cuantas ocasiones el miedo no te ha dejado actuar?

Todos hemos pasado por eso por lo menos una vez. Creemos ver con claridad lo que queremos hacer u obtener y pensamos saber que acciones tomar para lograrlo, pero simplemente no hacemos nada y nos quedamos congelados, aterrorizados porque no conocemos lo que hay a la vuelta de la esquina.

Tememos separarnos de la orilla de lo conocido para adentrarnos en el mar de las posibilidades, pues no siempre se puede ver la orilla al otro lado; pero la verdad aquí es solo un: jamás lo sabremos si no nos soltamos y atrevemos a cruzar.

Estos miedos se muestran de diferentes maneras y en distintas circunstancias, pero típicamente se dan por el temor de soltar lo que nos es familiar, por salir de nuestra área de confort y entregar el control de las cosas que equivocadamente creemos tener.
Puede ser el miedo a un cambio de residencia y a separarse de la familia y los amigos, también puede tratarse del miedo a una separación donde dejas de ser tú la pareja de alguien para ser tú el individuo. Otro temor puede ser el de un cambio de carrera para el que tienes que arriesgar tu estabilidad económica. En ocasiones puede ser provocado incluso por un bien intencionado consejo proporcionado de manera muy equivocada o dado por una persona que a su vez está reflejando sus propios miedos.

Lo más grave de todo es que con más frecuencia que no, estamos dispuestos a vivir haciendo algo que no nos hace del todo felices por no arriesgarnos a perder la falsa estabilidad que tenemos. Preferimos continuar quejándonos de algo a hacernos de valor y dar un paso a lo desconocido.
Y lo peor de esto es que así nos negamos la oportunidad de seguir creciendo, de conocer nuevos espacios, nuevas ideas, nuevas personas que nos ayuden a continuar avanzando hacia la cima de nuestras vidas.

El miedo entonces se vuelve en una especie de velo obscuro que obstruye nuestra vista, impidiéndonos ver todas las grandes oportunidades que están a nuestra disposición para estar mejor. Pero el que al arrancarlo del frente nos deja ver que todas aquellas cosas que tanto nos espantaban simplemente no están ahí.
Quiero decir, retos y problemas siempre van a existir, estos son precisamente las lecciones de vida que nos fortalecen y ayudan a crecer; pero el velo del miedo nos hace, a veces, sacarlos de toda proporción.

Así que la próxima vez que te enfrentes al temor a lo desconocido, la siguiente ocasión que el miedo te detenga, recuerda que no hay sombra que no ceda ante un poco de luz. Arranca ese velo y atrévete a dar el paso que tanto has anhelado.

O bien, puedes congelarte como siempre y seguir como lo haz hecho hasta ahora, pero sí decides dejar que el miedo te detenga, recuerda que solo una cosa es segura: no puedes esperar obtener resultados diferentes si todos los días continúas haciendo lo mismo.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Trabaja tu sueño.

Seguramente más de una vez habrán escuchado la frasevive tu sueño”.
Cuando te enteras de una historia de éxito, cuando te refieres a alguna persona que se ve feliz con su vida, con su familia, con su trabajo o cuando lees la biografía de alguna celebridad, es muy común decir “tienen una vida de ensueño”.
Los admiramos y hasta sentimos cierta melancolía por “vivir nuestros propios sueños”, pero jamás nos preguntamos que han tenido que hacer esas personas para llegar hasta ahí, cual ha sido el precio que han pagado por realizar sus sueños.

Pensándolo así, creo que el término correcto no es vive, pero sí trabaja tu sueño”.

La semana pasada, recibí un mail de un amigo con una liga de Internet, invitándome a ver un discurso de Steve Jobs, CEO de Apple y Pixar Animation (dudo mucho que no hayan escuchado hablar de el antes), en el, Jobs hablaba sobre 3 puntos que me hicieron pensar sobre las decisiones aparentemente difíciles y los pasos que cada quien tiene que tomar para VIVIR SU SUEÑO.

Gracias Paco, por compartir este video. Espero que para el resto de quienes lo recibieron haya marcado una diferencia tan importante como para lo hizo para mi.

Los tres puntos son muy sencillos en realidad. Sentido común diría yo. Pero como dicen por ahí “El sentido común es el menos común de los sentidos”.

  1. “No puedes conectar los puntos viendo hacia adelante, solo puedes hacerlo viendo hacia atrás. Así que tienes que confiar en que, de alguna manera, los puntos se conectarán en el futuro. Tienes que creer en algo, tus presentimientos, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Este estilo nunca me ha fallado, y ha hecho toda la diferencia en mi vida.” Steve Jobs hablando sobre la fuente en la que se inspiró para crear la tipografía para las computadoras personales, como resultado de haber abandonado la universidad.
  2. “Estoy seguro de que nada de esto habría pasado si no hubiese sido despedido de Apple. Fue una medicina muy amarga, pero creo que el paciente la necesitaba. A veces la vida te golpea la cabeza con un ladrillo. No pierdas la fe. Estoy convencido de que lo único que me hizo seguir adelante es que amaba lo que hacía. Tienes que encontrar lo que amas hacer. Y eso es tan cierto para el trabajo como para las parejas. Tu trabajo va a llenar una gran parte de tu vida, y la única manera de estar satisfecho con lo que hagas es creer que es un gran trabajo. Y la única manera de hacer un gran trabajo es amar lo que haces. Si no lo has encontrado aún sigue buscándolo. No te conformes.” Steve Jobs hablando de su reencuentro con Apple, la empresa que fundara, de la que lo corrieran, y de la que tiempo después volvería a ser cabeza.
  3. “Durante los últimos 33 años, me he visto en el espejo cada mañana y me he preguntado: Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer el día de hoy? Y siempre la que respuesta ha sido NO, durante muchos días seguidos, sé que necesito cambiar algo... Tu tiempo es limitado, así que no lo mal gastes viviendo la vida de otros. Que no te atrape el Dogma, es decir vivir con los resultados de lo que otras personas piensan. No dejes que el ruido de las opiniones de otros ahoguen tu propia voz interior. Y más importante aún, ten el coraje de seguir a tu corazón e intuición. Ellos, de alguna manera saben ya en lo que realmente te quieres convertir. Todo lo demás es secundario”.Steve Jobs hablando sobre su filosofía de vida.

¿Para mí que significa todo esto? Para empezar me lleva a plantearme dos grandes preguntas:
¿Estoy haciendo hoy lo que más amo hacer?
¿Si hoy fuera mi último día de vida, quisiera hacer lo que hago hoy?

Preguntas que al responder me ayudarán mucho para tomar una difícil decisión. Y del resultado de esa decisión, no me preocuparé, tendré fe y la tomaré convencido de que en el futuro podré ver como los puntos se conectaron.

¿Necesitan más para hacerse estas preguntas también? Si tienen 15 minutos pueden ver el video del discurso aquí mismo. No sería justo si no compartiera con ustedes lo que un gran amigo ha compartido conmigo también.

Steve Jobs en Stanford

domingo, 26 de agosto de 2007

Deja que tu luz brille más.

“Deja que tu luz brille más”. Robin S. Sharma.

Hace unos minutos leí esta frase y me llevo a pensar en que poco en verdad dejamos que nuestra luz como seres humanos brille.

Con luz me refiero a nuestras fortalezas, a esas grandes habilidades que absolutamente cada uno de nosotros tenemos y que nos hacen muy buenos, especiales diría yo, para alguna labor.

Todos nacemos con nuestra dotación de habilidades, pero muy pocos de verdad se encargan de desarrollarlas y explotarlas al máximo.
Nos quedamos esposados al grillete de la creencia común de que las personas especiales solo están en las películas de ficción o en los libros de historia. Grillete que se va apretando cada vez más con la presión social y el estrés de las tareas diarias que tenemos que cumplir.

Creo profundamente que todos sabemos en el fondo cual es nuestra gran fortaleza, pero también veo con tristeza que casi nadie quiere contar con este conocimiento de verdad.
¿Será que tenemos miedo al compromiso de tener que aprovechar al máximo nuestro poder? Supongo que sí.
Después de todo como diría Stan Lee a través del tío Ben “con un gran poder viene una gran responsabilidad”. Y pueden estar seguros que cuando él escribió esta frase no se refería solamente al nuevo superpoder que acaba de adquirir el sobrino de Ben tan solo unos días antes. ¿A qué super héroe me refiero? Sigue leyendo hasta el final.

Una pregunta que hago siempre a los candidatos a integrarse a nuestro equipo de trabajo es precisamente cuales son sus fortalezas. En el mejor de los casos me responden “soy muy organizado y trabajo bien bajo presión” (por cierto NADIE trabaja bien bajo presión, puede ser que aprendan a responder controladamente ante alguna difícil situación y salgan airosos, pero los resultados nunca serán tan buenos como cuando se trabaja de forma planeada y bien coordinada).
Estas no son fortalezas. Ser organizado es un rasgo básico que se espera de cualquier profesional.

Lo curioso es que sí les preguntas cuales son sus debilidades, o mejor dicho en estos tiempos en los que es indispensable ser políticamente correcto, cuales son sus áreas de oportunidad, todos te contestan con una lista de por lo menos 5 respuestas espontáneas.
Pareciera que todos tenemos a flor de piel nuestras debilidades para poder ocultar de nuestra propia vista nuestras fortalezas. No vaya a ser la de malas y estas salgan a relucir.

Y lo más irónico es que a pesar de que casi nadie puede (o quiere) ver sus fortalezas, el resto de las personas que nos rodean sí las ven y te las recitan día con día esperando inconscientemente que algún día te decidas y las aproveches.
¿Será más cómodo cobijarte en tus debilidades para sentir parte del resto de la gente?

¿Por qué no preguntarnos para qué somos realmente buenos, cuales son nuestras más grandes habilidades y como las podemos usar para ser más exitosos y contribuir a la vida de los demás?
No tenemos que hacer todo el trabajo de una sola vez, podemos hacerlo poco a poco. “Todas las grandes travesías comienzan con un primer paso y continúan con otro y luego con otro.”

Quien sabe tal vez así descubras tu verdadera vocación y algún día termines tu mismo en un libro de historia también.

domingo, 19 de agosto de 2007

¿Qué vas a hacer y por quién esta semana?

Ya lo he mencionado en el pasado y seguramente lo habrán discutido con otras personas o también leído en algún otro lugar: Ayudar a quien sea, se trate de un viejo amigo, un familiar o un perfecto desconocido, es una de las mejores maneras de agregar valor a la vida de los demás y a la de uno mismo.

Uno de los más importantes consejos que he recibido en mi vida es: “mantente siempre alerta de cómo puedes ayudar en cualquier momento”.

Puede ser que mañana temprano le abras la puerta del Starbucks a un desconocido que lleva ocupadas ambas manos con un “grande light moka frapuchino” y un “chai latte 180°” o que ayudes al nuevo compañero de la oficina a desatorar la copiadora que, como de costumbre, se quedó atascada de papel.
Quizá sea que completes el cambio de la persona que está delante de ti en la fila del supermercado para que pueda terminar de pagar. O tal vez resultes más esplendido y se te ocurra pagar la cuenta de la comida de tus amigos.

Sea lo que sea piensa constantemente: “¿cómo puedo hacer que alguien hoy esté mejor de lo que estaba cuando lo encontré? ¿Qué puedo hacer para que por lo menos por un breve momento, su día sea mejor de lo que se esperaba?”

Hay muchas formas de hacerlo:


  • Regalando unos minutos de tu tiempo a escuchar con atención. No a opinar, no a juzgar ni calificar. Solo a escuchar.
  • Participando con alguna organización de beneficencia donando alguna cantidad.
  • Ayudándole a un hermano a estudiar.
  • Llevando a un compañero de la oficina a su casa.
  • Luchando para que un miembro de tu equipo tenga mucho mejores condiciones laborales.
  • Aconsejando a un cliente.
  • A veces hasta una simple sonrisa hace el truco y le da más a quien le has sonreído que cualquier objeto material que le pudieses haber obsequiado.

Hazlo, escoge una persona hoy y haz algo por ella, mañana busca a otra y ayúdale también. Mantén viva esta práctica todos los días y no esperes nada a cambio, hazlo porque crees en ello y lo sientes parte de ti. Haz de este uno de tus más entrañables hábitos.

Te aseguro que pronto verás como tu vida es más satisfactoria y plena y que todos los días tendrás una fuerte razón más para sonreír.

Después de todo, como dice un viejo proverbio Hindú: “Siempre algo de la esencia de la rosa se queda en la mano de aquel que la da”.

domingo, 12 de agosto de 2007

Lee y aprende.


Sean sinceros. ¿Cuándo fue la última vez que levantaron un libro, un verdadero libro y no una revista de chismes o la sección de caricaturas del periódico y se sentaron a leer un poco?



Es realmente triste saber que la mayoría de la gente no vuelve a abrir un libro una vez que termina la Universidad.
Las razones, o mejor dicho los pretextos que dan son tan absurdos como “no he encontrado nada que me interese”, “entre mi familia y mi trabajo no tengo tiempo”, “los libros están muy caros” y el mejor de todos: “¿leer? Eso es de flojera, o sea no?”

Y luego nos sorprendemos porque la plática de algunas personas suena tan vacía y superficial que tendría más sentido ver una escena de la película de "Clueless" o porque hay adultos “profesionales” que no saben ni siquiera redactar correctamente una oración o peor aún no pueden por lo menos sostener una conversación que vaya más allá de lo que trato el capítulo de Desperate Housewives la noche anterior.

Lo que yo no puedo terminar de entender es como habiendo hoy tantas y tantas opciones para continuar nuestra formación, algunos dejen que la apatía invada sus vidas y dejen de esforzase por ser mejor.

Creo yo que una vez que la gente pierde el deseo de aprender es cuando dejan de crecer y como es natural, una vez que dejas de crecer, lo que sigue es decaer.

¿No les es razón suficiente? Bien. ¿Qué tal esta? La paga que recibes en la compañía para la que trabajas está directamente relacionada con el valor que añades a la organización, mismo que se desprende de forma directa de tus conocimientos. En otras palabras, entre más sabes, más valioso eres, así que si quieres ganar más, aprende más.

Sí, ya se que muchos estarán pensando que me equivoco y que están “devaluados” por la empresa para la que trabajan y que a pesar del alto valor que aportan, estas se han comportado ingratamente con ustedes.
Pues sí. Sí existen empresas que a sabiendas o por ignorancia caen en este grave, gravísimo error, pero la buena noticia es que siempre a la vuelta estará otra en la que definitivamente sí aprecien su peso, o mejor dicho conocimiento en oro.

Así que no dejen que la decepción ni la falta de curiosidad les invadan.
Continúen con su aprendizaje y dedíquense a enriquecer su vida, pues es su vida la que en particular se va a beneficiar. Como decía R. Sharma en El Monje que vendió su Ferrari: “Cuando lees un libro de alguien a quien respetas, siempre se te contagia algo de su talento”.

En verdad una gran idea leída en algún sitio puede cambiar completamente sus vidas.
¿Por qué? Porque leer generar conocimiento, Cuanto más conocimiento tenemos mejores elecciones podemos hacer y a mejores elecciones hechas, mejores los resultados que obtendremos.

¿Qué no tienen dinero para comprar un buen libro? ¿Qué no tienen tiempo para leer?

Existen muy diferentes fuentes en las que pueden conseguir un gran material de lectura y si dedican 2 minutos de su tiempo a pensarlo verán que hasta en su propia casa deben de tener por lo menos un buen libro legado de la familia o uno abandonado que desde el colegio nos recomendaron leer.
También, además de las bibliotecas públicas, hay librerías de material de segunda mano donde pueden encontrar grandes obras que leer; y si no acostumbran visitar ese tipo de librerías o no conocen ninguna, ni siquiera tienen que ir lejos de su casa, existen muchos, muchísimos blogs en la red donde miles de personas comparten su pensar diariamente, algunos de mis blogs favoritos son:
www.Robinsharma.com
http://sanderssays.typepad.com
http://makeitgreat.typepad.com
http://www.mekate.com

Ahora, si de tener tiempo para leer se trata, aquí les dejo 3 sugerencias muy sencillas que aplicar:

  1. Disciplina. Asegúrate de dedicar por lo menos 30 minutos diarios a una buena lectura. No a leer el periódico ni una revista, sino a un buen libro. Elige un tema, escoge el libro y todos los días dedícale tiempo a tu nuevo mejor amigo. Tal vez puedas empezar hoy mismo apagando un rato en la noche tu televisión.

  2. Blogea. Tómate unos minutos a la semana y visita uno que otro blog, te sorprenderá la cantidad de conocimiento que se comparte en la red y que está ahí listo para ser absorbido por ti.

  3. Como diría American Express en los años 90, nunca salgas de casa sin ella….Nunca vayas a ningún lado sin un libro bajo el brazo. Aprovecha el tiempo y úsalo a tu favor. La próxima vez que tengas que pasar 30 minutos en una sala de espera o en la fila del banco agradecerás traer contigo un buen libro que leer en vez de tener que entretener tu mente con algo tan útil como contar los focos que hay colocados en el plafón del lugar.


No quisiera terminar esta ocasión sin agradecer a GCI Group xico por haberme invitado a dar una plática sobre planeación estratégica en su reunión de capacitación e integración este fin de semana. Fue un honor compartir con ustedes y para ser muy sincero me dio mucho gusto ver que más de la mitad levantaron el brazo cuando les pregunté cuantos de ellos acostumbraban leer de verdad. Si fueron todos honestos en su respuesta, le auguro mucho éxito a esta organización.

domingo, 5 de agosto de 2007

Sé un líder.

Todos, no importa nuestra condición o posición dentro de una organización tenemos la obligación, como seres humanos, de convertirnos en un líder.

Esta anécdota, sucedió la semana pasada cuando un directivo se reunía con su equipo de trabajo para compartir información importante con ellos y aprovechar para escucharlos también.

Idea importante: Date siempre el tiempo de escuchar con detenimiento a tus colaboradores y amigos. Se que nuestras agendas siempre están retacadas de pendientes urgentes, pero pocas cosas valen tanto la pena como invertir tiempo para conocer y comprender los puntos de vista de las personas con quien compartes tus días.

En esta reunión el ejecutivo tuvo oportunidad de escuchar todas aquellas cosas que le aquejaban o frustraban a cada miembro del equipo. Uno a uno, cada integrante del grupo fue exponiendo sus molestias: “No tengo tiempo para hacer todo mi trabajo”, “Me pasan la información tarde y mal”, “No me dan el brief correcto”, “Creativo no me entrega a tiempo”, “Los clientes no nos entienden”, “Critican mi trabajo y no lo defienden”.

Todos dejaron ver sus malestares, pero nadie, ni una sola persona habló sobre soluciones. Nadie propuso ideas sobre como mejorar su situación, y mucho menos nadie aceptó su responsabilidad ante las situaciones que exponían.


Terminaban sus recuentos dirigiendo su mirada al director del grupo, como si el, como un viejo mago Merlín tuviera bajo sus mangas un abanico de soluciones místicas que pondrían fin a sus quejares.

Entonces, el solicitado “productor de milagros” tomó aquella enorme pila de argumentos, quejas y cargas emocionales que había recibido de sus compañeros y una a una…
…las fue devolviendo a sus procreadores y les dijo:
“Entiendo, comprendo y empatízo con cada una de las situaciones que presentan, sé como se sienten. En verdad lo sé, pero ¿Y qué están haciendo para cambiar eso? ¿Por qué nadie ha asumido su responsabilidad en todo esto y detecta qué es lo que tienen que hacer por su parte para que las cosas cambien? Díganme: Qué están haciendo hoy para ayudar a construirse una mejor situación?.”

¿Por qué será que la gente tiende a dejar el destino de su vida en manos de otro? ¿Por qué somos incapaces de aceptar que cada uno de nosotros somos responsables de nuestras acciones o falta de estas y en su lugar volteamos a ver al jefe o director del grupo para ver si este quiere convertirse en el “director” de nuestros actos para así poder decir “no fue mi culpa sino la de mi jefe”?

No me mal entiendan, no estoy diciendo para nada que la cabeza de un grupo deba desentenderse de la dirección del mismo. Para nada quiero decir esto, al contrario es por algo que está en esa posición, pero aunque parte de su responsabilidad es buscar la alineación del grupo y el bien estar del mismo, él o ella deben ser un facilitador y no el único ejecutor.

Entendámoslo de una vez por todas, no importa el lugar que ocupemos dentro del organigrama, ni el título escrito en nuestra tarjeta de presentación, o el tamaño o ubicación de nuestra oficina. TODOS SOMOS Y DEBEMOS ACTUAR COMO VERDADEROS LÍDERES.

Como dice Robin Sharma: “Tú eres el presidente ejecutivo de tus funciones”.
Me parece que fue un profesor de Stanford que dijo: “El verdadero liderazgo no es cuestión de prestigio, poder o estatus. Es cuestión de responsabilidad”.

Tal vez algunos al leer esto piensen algo así como “Si claro, dirás lo que quieras pero en la empresa donde laboro, los directores ni siquiera saben quien soy”. Y así quieran excusarse para permitirse pensar que lo que hacen no tiene consecuencias y no afecta ni favorece a quienes los rodean, pero no podrían estar más alejados de la realidad.
Comprendan ya: toda acción tiene una reacción y actúa como un gatillo liberando una serie de eventos que pueden beneficiar o afectar en mucho a muy distintas personas.
¿No me creen? Quizá Anita Rodick, fundadora de The Body Shop, lo haya explicado mucho mejor cuando dijo: “Si crees que eres demasiado insignificante para ejercer influencia, intenta irte a dormir con un mosquito en la habitación.”

Así que de la misma forma yo hoy les pregunto a ustedes: ¿Qué están haciendo hoy para hacer un mundo mejor, para construir una mejor vida para sus familias, para ustedes mismos y para su comunidad?

Como diría la Madre Teresa de Calcuta: “Si cada uno de nosotros barriera la puerta de su casa, este mundo sería un lugar limpio”.

domingo, 29 de julio de 2007

Saca lo mejor de ti.

Cualquiera puede sonreir y ser amable en los mejores momentos de su vida.
Cuando todo marcha bien y nos sentimos cómodos y contentos es muy fácil tener una actitud positiva y tratar a todos con alegría.
Pero también cuando todo está bien es cuando menos crecimiento tenemos.

No me mal entiendan, soy el primero en creer que todos merecemos ser felices y vivir en paz y armonía, pero como diría M. Andretti: “Si todo está bajo control, es que vamos muy despacio”.

Con todo lo bueno y tranquilizante que es vivir seguros y tranquilos, definitivamente son los momentos difíciles los que ponen a prueba nuestro temple y los que nos hacen crecer y aprender.
“Son los problemas los que ponen de manifiesto nuestros talentos” decía Robin Sharma en uno de sus libros.

Lo importante entonces no es cuantos momentos buenos y malos tienes en tu vida, sino cual es la actitud que mantienes frente a cualquier circunstancia.
Todos tenemos días maravillosos en los que todo marcha a nuestro favor y por lo tanto nos sentimos seguros, fuertes, alegres y animados.
Pero también todos, sin excepción, cruzamos por situaciones y eventos difíciles, complicados y dolorosos en los que lo acostumbrado es sentirnos víctimas y deprimirnos pensando que todo el mundo está en nuestra contra.

¿y por qué digo “acostumbrado” y no normal? Porque, aunque sé que hay reacciones y emociones naturales ante ciertos eventos, también creo que muchas de nuestras reacciones ante los momento difíciles se deben a dos cosas:

  • El miedo a lo desconocido, a no saber que es lo que sigue y como se van a resolver los retos que estamos enfrentado.
  • Y a conductas aprendidas de nuestra familia, amigos y nuestra comunidad. Y es que desde pequeños vemos como nuestros padres y familiares responden ante todo y como es natural los comenzamos a imitar. También hacemos lo mismo cuando de adultos laboramos para alguna empresa en particular y, por buscar aceptación, nos mimetizamos con sus buenas y también malas costumbres, entre las que está sin duda, la forma de responder para determinadas ocasiones.

Es natural sentirnos presionados ante situaciones de alto estrés. Es normal sentir angustia, coraje, dolor, tristeza y enojo también. Pero también es normal (solo que nadie nos lo dice), querer y hacer un esfuerzo para sentirnos mejor a pesar de lo difícil del momento por el que estemos atravesando.

Algunas de las lecciones que algunas personas, en pláticas, en libros, en blogs y de otras formas han compartido conmigo para salir adelante de los periódos más complejos de nuestras vidas son:

  1. Nunca pierdas de vista que no importa lo que esté sucediendo, todo con el tiempo pasa y queda atrás. Esta en ti la decisión de llevarte contigo al futuro el enojo y la descepción o dejarlos atrás y traer solo las lecciones aprendidas por esa situación.
  2. No importa como respondan los demás, cada quien tiene su propio temperamento, personalidad y carga personal. No olvides que está en cada uno de nosotros el derecho de decidir cómo queremos responder ante cada reto; con gritos, enojos y violencia como la mayoría. O con serenidad, paciencia y optimisimo. Se tu mismo y olvida si tus papás o abuelos se enojaban por cualquier cosa, tú no tienes porque hacerlo así.
  3. Elije siempre muy bien tus palabras. Cuando estamos enojados nos encontramos realmente transtornados y perdemos fácilmente de vista como nuestro coraje puede afectar a los demás, y por supuesto con frecuencia decimos cosas de las que nos arrepentiremos dos segundo más tarde. Mide tus palabras. Como diría Robin Sharma: “Las palabras que utilizas influyen en el tipo de vida que vives. Úsalas sabiamente”.
  4. Entiende que no todo lo tienes que resolver siempre tu. Define exactamente qué es lo que quieres resolver de la situación en que te encuentras y trabaja duro para lograrlo, pero al mismo tiempo aprende a soltar las cosas. Comprende que en la vida existe una fuerza mayor a ti la cual te está ayudando ya. Así que déjala trabajar. No importa si eres religioso o qué religión profesas, llámale Dios, Universo, Energía o Vida. De todas formas esta gran fuerza trabaja siempre a tu favor.
  5. Enfrenta tus miedos. ¿Cuantos de los problemas a los que nos enfrentamos en nuestras vidas no los habremos provocado nosotros mismos a causa de nuestros miedos? “No corras de tus miedos pues tu miedos correrán hacia ti”, dice un sabio por ahí “Corre hacia ellos y sácalos a la luz, no hay sombra que no desaparezca ante un poco de luz”.
  6. Define tu posición ante la vida. Elije tu visión. Existen básicamente dos tipos de personas en este mundo, las negativas que siempre están búscandole lo malo a cada cosa.
    Y las positivas, las que han decidio ver su mundo lleno de luz y de rodearse de gente y situaciones positivas. ¿Y que creen? Cada quien en este mundo tiene lo que a gritos o en silencio pide.

Ahí las tienen, algunas de las mejores lecciones que grandes personas me han compartido.
Estoy seguro de que no son las únicas formas de enfrentar los retos difíciles de la vida y seguramente muchos de ustedes tengan nuevos puntos de vista, así que por qué no los comparten y los dejan a modo de comentario para que todos los demás los puedan leer.

Nota importante.

Los comentarios, reflexiones y recomendaciones aquí plasmadas son mi opinión personal, y no necesariamente reflejan la opinión de mi empleador.