Pues sí, ya se que lo he dicho tantas veces que puede sonar trillado: “Todo lo que creamos en nuestras vidas, lo hacemos dos veces: primero en nuestra mente cuando lo pensamos, imaginamos, tememos, resistimos y soñamos; y después cuando lo vemos reflejado en el plano físico y lo experimentamos”.
Y sí, lo sigo sosteniendo y he aquí un ejemplo práctico de esto: Palabras de excelencia.
Cada vez que hablamos, las palabras que salen de nuestra boca, cruzaron antes por nuestra mente. No importa que tan rápido hayamos procesado nuestro pensamiento o respuesta, siempre tenemos la oportunidad de prevenir lo que vamos a decir.
Y las palabras que usamos con mayor frecuencia son un reflejo de quienes somos y como queremos vivir, es decir como experimentos nuestra vida.
De ahí la importancia de siempre usar palabras de excelencia.
Piensen en todas las personas realmente exitosas que conocen, no solo los grandes ejecutivos, sino también los maestros que más influenciaron sus vidas, los entrenadores y los deportistas de alto rendimiento, las mamás y los papás que han ayudado a grandes personas a ser quienes son hoy, los vendedores que siempre sobre pasan sus objetivos y tienen una clientela leal, los artistas que tienen más cariño de su audiencia, las personas que todos los días les da más gusto ver en el trabajo, en la escuela o en la actividad que sea que hagan.
Todos, absolutamente todos tienen algo en común: usan sin falta palabras de excelencia que dan aliento y ánimo a los demás. En su vocabulario no existe el pesimismo y jamás responden con un “eso no se puede” sino con un ”, no se ocultan en el espejismo del “victimismo” y de sus la“vamos a encontrar la manera de que sí se puedabios siempre se emiten palabras positivas como: excelente, grandioso, buenísimo, felicidades, gran oportunidad, vamos a construir, juntos lo haremos, enorme potencial, alegría, felicidad, sí es posible, claro que sí, con gusto te ayudaré.
Seguro que ya habrán pensando en más de dos, son esas personas que vemos brillando por ahí en los escenarios, los que nos sorprenden con una medalla de oro en las olimpiadas, los que motivan a todo un grupo de profesionistas durante una conferencia, los que cambian la manera de pensar y educan las mentes de muchos a través de sus libros; y son también la pareja con quien despiertas todos los días, el compañero de oficina con quien comemos todos las tardes y el amigo a quien llamamos cada semana.
Y podemos ser también cada uno de nosotros si tan solo nos hacemos al hábito de día con día usar palabras de excelencia que muevan nuestra vida y que poco a poco, y cada día más, ayuden a cambiar la manera en que vemos nuestra vida. Porque de nuevo, las palabras antes de salir por nuestros labios pasan por nuestra mente y lo que creamos en nuestra mente, más temprano que tarde lo vamos a vivir.
Y sí, lo sigo sosteniendo y he aquí un ejemplo práctico de esto: Palabras de excelencia.
Cada vez que hablamos, las palabras que salen de nuestra boca, cruzaron antes por nuestra mente. No importa que tan rápido hayamos procesado nuestro pensamiento o respuesta, siempre tenemos la oportunidad de prevenir lo que vamos a decir.
Y las palabras que usamos con mayor frecuencia son un reflejo de quienes somos y como queremos vivir, es decir como experimentos nuestra vida.
De ahí la importancia de siempre usar palabras de excelencia.
Piensen en todas las personas realmente exitosas que conocen, no solo los grandes ejecutivos, sino también los maestros que más influenciaron sus vidas, los entrenadores y los deportistas de alto rendimiento, las mamás y los papás que han ayudado a grandes personas a ser quienes son hoy, los vendedores que siempre sobre pasan sus objetivos y tienen una clientela leal, los artistas que tienen más cariño de su audiencia, las personas que todos los días les da más gusto ver en el trabajo, en la escuela o en la actividad que sea que hagan.
Todos, absolutamente todos tienen algo en común: usan sin falta palabras de excelencia que dan aliento y ánimo a los demás. En su vocabulario no existe el pesimismo y jamás responden con un “eso no se puede” sino con un ”, no se ocultan en el espejismo del “victimismo” y de sus la“vamos a encontrar la manera de que sí se puedabios siempre se emiten palabras positivas como: excelente, grandioso, buenísimo, felicidades, gran oportunidad, vamos a construir, juntos lo haremos, enorme potencial, alegría, felicidad, sí es posible, claro que sí, con gusto te ayudaré.
Seguro que ya habrán pensando en más de dos, son esas personas que vemos brillando por ahí en los escenarios, los que nos sorprenden con una medalla de oro en las olimpiadas, los que motivan a todo un grupo de profesionistas durante una conferencia, los que cambian la manera de pensar y educan las mentes de muchos a través de sus libros; y son también la pareja con quien despiertas todos los días, el compañero de oficina con quien comemos todos las tardes y el amigo a quien llamamos cada semana.
Y podemos ser también cada uno de nosotros si tan solo nos hacemos al hábito de día con día usar palabras de excelencia que muevan nuestra vida y que poco a poco, y cada día más, ayuden a cambiar la manera en que vemos nuestra vida. Porque de nuevo, las palabras antes de salir por nuestros labios pasan por nuestra mente y lo que creamos en nuestra mente, más temprano que tarde lo vamos a vivir.
1 comentario:
Hola que tal...
Mucho gusto, vagaba en el internet y vi tu blog, la verdad es padre leer experiencias y consejos que nos dejan las personas, siempre nos va a servir de una manera u otra y aun mas si siendo colgas.
la verdad esta muy padre tu blog y ojala sigas escribiendo para que tambien sigamos aprendiendo mas de ti.
gracias y nos vemos pronto.
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