miércoles, 25 de febrero de 2009

5 pasos para lanzar tu marca personal

Bien, hemos hablado ya de la importancia de desarrollar y ejercer una buena marca personal y de cómo esta debe estar totalmente alineada con nuestros valores, principios, ideologías y prioridades en la vida, reflejando estos en todo lo que hacemos, pero ¿cómo dar a conocer nuestra marca personal una vez que hemos tomado cada uno de los pasos previos para establecerla? En realidad esto puede ser mucho más sencillo de lo que parece. A decir verdad tan sencillo como contar hasta 5, cinco pasos para lanzar tú marca personal:

  1. Acércate a la conversación y escucha: Este es, sin temor a equivocarme, el paso más importante para comenzar a ejercer tu marca personal. Así que antes de que comiences a hablar y pregonar que eres el gran experto en determinado tema, detente a escuchar la conversación que ya está teniendo lugar acerca de tu tema de interés. Escucha, absorbe, aprende, date tiempo para conocer las tendencias y las opiniones generales del segmento. Identifica quién es quién y define tu posición. Recuerda, Dios nos dio dos orejas, dos ojos y solo una boca, úsalos en esa proporción.¿Cómo comenzar a escuchar la conversación? Puedes usar diferentes herramientas como Blogcatalog.com, Bloglog.com. Technorati.com, Blogosfera.com o simplemente Googlear “blogs sobre (el tema de tú interés), y verás que existen muchísimos líderes de opinión que llevan tiempo colaborando en línea y de quienes puedes tener mucho que aprender.
  2. Define tu diferenciador: una vez que has escuchado y analizado la conversación que ya está sucediendo, define bien tu posición y el valor que a este diálogo le puedes agregar.  Típicamente este diferenciador tendría que estar directamente relacionado con tus valores, principios, prioridades y visión.
  3. Hazte tangible: crea tu lugar, tu base si prefieres llamarle así. Este puede ser tu blog, tú sitio personal o hasta un perfil en una o varias redes sociales. El objeto es contar con tú punto de contacto en Internet a través del cual puedas compartir tu contenido, es decir tu opinión, pensamiento, conocimiento, experiencia, red de contactos y todo lo positivo que se te pueda ocurrir. Por cierto, en este sentido un par de excelentes prácticas recomendadas son:
    A) Hazte de tu propio dominio, es decir tunombre.com. Puede parecer una exageración pero si tu nombre te pertenece y es así como la gente te busca ¿por qué no hacer lo mismo en la red? Contratar tu dominio es muy fácil y de muy bajo costo y puedes hacerlo a través de compañías como Nic.com o GoDaddy.com.
    B) Recuerda que una vez que compartes algo, lo que sea, en verdad cualquier cosa que publiques, quedará al alcance de cualquier persona y grabada para la posteridad, así que si quieres manejar una buena marca personal, se muy cuidadoso y selectivo con el contenido que generas.
  4. Siguiendo con el contenido, genera uno relevante, interesante y provocativo para tus lectores. Ofréceles un beneficio claro a cambio de unos minutos de su atención. Por supuesto, el contenido que generes tiene que ser auténtico, original y un reflejo de tus intereses, conocimiento, etc, pero a menos que quieras solo generar contenido para ti mismo (caso en el cual te recomiendo mejor compres una buena libreta para escribir tu diario, otra gran práctica personal por cierto), tómate el tiempo necesario para ir conociendo a tu audiencia, date a la tarea de entender lo que esta espera de ti, y como cualquier marca exitosa (comercial o personal) pon atención en los intereses y necesidades de tu audiencia y respóndeles de acuerdo a estas.
  5. Ábrete a la retroalimentación y sigue escuchando: recuerda que el tener una marca personal tiene como fin último tener una gran representación en la conversación que hoy existe en todo el mundo; y la palabra clave aquí es conversación. Y para que exista una buena conversación necesitamos saber escuchar y obtener una buena retroalimentación. Afortunadamente existen varios recursos para ayudarnos en esta crucial tarea:
    A) Primero que nada estar al pendiente de los comentarios de nuestra audiencia. Para esto, la mayoría de las plataformas de Social Media (blogs, Video Sharing, Podcasting, Redes Sociales, etc.) tienen la funcionalidad de permitir a los visitantes dejar y publicar sus comentarios con respecto a tu contenido, además de que muchos también te hacen llegar su opinión de manera directa y privada a tú dirección de e-mail. Ábrete a esta retroalimentación, escucha, comprende y responde. Establece una sana interacción.
    B)En muchas ocasiones no recibirás ningún comentario y podrás pensar que nadie ha visitado, ni mucho menos leído tu blog o escuchado tu podcast etc.
    Por suerte la tecnología trabaja a nuestro favor brindándonos herramientas con las que podemos medir no solo la cantidad de visitas a nuestro sitio, sino el comportamiento de dichas visitas en el, lo cual nos permite saber cuál fue el contenido más relevante y popular que hemos generado o el periodo de mayor afluencia en nuestro sitio, como lo hace Google Analytics; o sitios que nos permiten conocer nuestro ranking y popularidad versus otros sitios como Technorati.com

Definitivamente, ejercer y sostener una gran marca personal no es una tarea tan fácil como lo es tan solo lanzarla, tampoco es algo que se pueda hacer en un instante o algo que se dé de manera automática; Como dijo Seth Godin: “Me tomó más de 6 años tener un éxito de la noche a la mañana”.

Ejercer una gran marca personal requiere de trabajo, tiempo y enfoqué además de honestidad y autenticidad; pero como todo en la vida las cosas que más trabajo nos cuestan son con frecuencia las que mayor beneficio nos traen.

 

viernes, 13 de febrero de 2009

Viernes de Mekate: Borrando líenas

NOTA: esta es una nueva entrada que acabo de publicar en Mekate.com

13FebBorrando líneas.

Es curioso, se dice que la distancia más corta entre dos puntos es trazar una línea recta; y sin embargo es justo una línea la que ha creado la más grande distancia entre lo que las marcas quieren hacer para comunicarse con el consumidor y lo que este quiere ver y experimentar de parte de ellas.

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Y es que, después de haber trabajado durante casi 14 años en publicidad y comunicación, trabajando en publicidad tradicional, mercadotecnia directa, promociones, mercadotecnia interactiva; arriba de la línea, debajo de la línea, a través de esta, de lado y hasta en medio de ella, nunca he encontrado quien me diga quién fue el arrogante “genio” que pensó que la comunicación se podía dividir y hasta clasificar como arriba o por debajo de.

Casi me puedo imaginar a un personaje digno del mejor villano del mundo de James Bond, con todo y gato siamés en su piernas, encerrado tras los cristales del piso más alto de una torre corporativa que, si bien un día fue el trono desde el que gobernaba su reinado de medios “above the line”, hoy se ha convertido en su propia prisión de la que ya no puede escapar ante la re-evolución que hoy día esta sucediendo.

¿A qué me refiero? Veamos, explicándolo de la manera más sencilla, según la impuesta división ATL/BTL, un medio es considerado arriba de, cuando tiene un alcance masivo y debajo de, cuando realiza un contacto directo (uno a uno) con el consumidor ¿correcto?

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Entonces ¿qué sucede cuando existe una plataforma (porque llamarlo medio sería muy limitante) como Internet donde existen 27.4 millones de usuarios tan solo en nuestros país y 1.172 billones en todo el mundo? ¿Habría que considerarlo “above the line”? ¿Pero qué pasa cuando justo esta plataforma nos permite conectar de manera personal y directa con cada una de esas 27.4 millones de personas, sería “below the line”?
¿Y qué hay de todas las demás disciplinas de la mercadotecnia como las Relaciones Públicas, Shopper Marketing o CRM que también pueden alcanzar a millones de personas con una sola campaña? (solo pregúntenle al Servicio Postal Mexicano quienes son sus clientes más grandes, seguro encontrarán más de un par de marcas que conocen en su lista.).

Desde mi personal y profesional punto de vista, las estrategias, tácticas, acciones y hasta medios de comunicación ya no se pueden dividir entre arriba y abajo (de hecho jamás lo debieron haber sido). Los esfuerzos que algunos pocos siguen haciendo por continuar con esta división tratando de retener los escurridizos presupuestos gigantescos que antes manejaban se están enfrentando a un gran e inevitable cambio.

Hoy cualquier profesional de la mercadotecnia y la comunicación: Planner estratégico, planner de medios, director de marketing, gerente de marca, director creativo, ejecutivo de cuenta, todos, debemos de comprender que afortunadamente para nuestra industria, las de nuestros clientes y sobre todo para el consumidor final, existen muy diversas disciplinas y medios que nos permiten conectar con el mercado de distintas maneras cumpliendo con los diferentes, y siempre exigentes, objetivos de las marcas, a la vez que logramos algo mucho mejor: cubrir las expectativas del consumidor, haciéndonos disponibles ante él cuando, donde y como este quiere contactar con nosotros.

Pongamos esto en práctica, borremos de una vez por todas esta línea y dejemos de pregonar que hacemos “campañas integrales” para hacerlo de verdad y tendremos clientes leales y cercanos durante muchos años más.

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martes, 10 de febrero de 2009

El poder de las decisiones

Todos lo hacemos todos los días, es algo que nos viene de manera natural. Tan natural de hecho que a veces ni nos damos cuenta de la importancia que tiene hacerlo y lo hacemos con desden, sin cuidado, sin pensar, como si fuera algo automático y sin consecuencias.  ¿A qué me refiero? A tomar decisiones.

Claro que hay algunas decisiones que tomamos dándonos el tiempo para pensar y recapacitar al respecto, a veces hasta pedimos consejos o suplicamos porque alguien más tome la decisión por nosotros; pero este tipo de decisiones, las que sabemos conscientemente que pueden cambiar nuestras vidas, son las que menos tenemos que hacer en la vida.

Sin embargo hay otro tipo de decisiones, las cotidianas, que hacemos sin cuidado, pensando que, porque son cosas del día a día, no afectarán nuestra vida y he ahí el error.
Verán, toda decisión que tomamos, sea una de vida o muerte o una cotidiana, impactará en una manera u otra el resto de nuestra vida. Y la cosa con las decisiones es que no importa si la decisión fue la correcta o la equivocada, todos sin excepción, tenemos que vivir con las consecuencias de lo decidimos.

He aquí un ejemplo: Hace unos días estuve hospitalizado por casi una semana completa debido a un par de trombos que se generaron  mi pierna derecha. Hoy, ya en casa, sano, estable y recuperándome he hecho un recuento de las decisiones correctas y equivocadas que me llevaron hasta aquí:

Decisión incorrecta num. 1: Descuidar mi peso y permitirme engordar tanto que mi sobre pesos se convirtió en el principal factor generador del problema que tuve.

Decisión correcta num. 1: Haber dejado de fumar hace ya 8 años y casi no tomar bebidas alcohólicas ni refrescos, lo cual ayudo a que la trombosis no se complicara más. ¡Mis venas y organos están muy saludables!

Decisión incorrecta num. 2: No haber hecho lo mismo con los postres y dulces y decidir que en cada comida, no importando si era desayuno, comida, cena o hastas botana, había que tener postre. Esto fue lo que me hizo ganar tanto sobre peso.

Decisión correcta num. 2: Haber comenzado una dieta hace meses lo que me ayudó a haber perdido 9 kilos ya. Aún me faltan muchos más, pero no quiero pensar como me pudo haber ido si tuviera estos 9 kilos más todavía.

Decisión correcta num 3: Haber comenzado a tomar clases de TaiChi hace un mes y medio y comenzar a practicar un deporte nuevamente.

Decisión incorrecta num. 3: No haber tomado en serio el dolor de mi pierna, pensando que era un “estirón” por la última clase de TaiChi y haber viajado de México a Miami y de regreso en un lapso de 48 horas. Ya los trombos se habían formado.

Decisión correcta num. 4: haber elegido ir al hospital a que checaran mi pierna, en lugar de ir a ver al médico del deporte que típicamente veo. En palabras de los doctores “esta fue la mejor decisión que he hecho en los últimos meses” pues de no haberlo hecho así y en ese momento, el problema pudo haberse convertido en algo muchísimo más grave y delicado.

¿Cómo llegué a esta última decisión? Llámenlo instinto, miedo, casualidad, suerte, experiencias previas o una combinación de todo lo anterior. No lo se con exactitud.

Lo que sí se  es que todo esto me ha hecho recordar lo importante que es estar consciente de todas y cada una de las decisiones que todos los días tomamos.
No importa si se tratan de decisiones que cambian nuestras vidas o solo decisiones cotidianas como la ruta al trabajo que tomaremos hoy, todas pueden tener enormes consecuencias con las que tendremos que vivir después.
Por suerte también podemos decidir como tomar las cosas, negativa o positivamente, con enojo y tristeza o alegría y ánimo; y también podemos decidir cambiar el transcurso de las cosas, cambiar de parecer, corregir el camino, tomar nuevas acciones y seguir adelante.
Y lo mejor de todo es que todo esto está en nuestro poder.

Así que la próxima vez que tengan que tomar una decisión, por simple o complicada que sea, no olviden:

  1. Estar consciente del contexto en el que se encuentran y las consecuencias que pueden resultar de sus decisiones. Entre mayor conocimiento o entendimiento tenemos, mejores decisiones tomamos.
  2. No dejar que nadie decida por ustedes. Puede que el resultado afecte a otras personas a su alrededor, pero a final de cuentas las únicas personas que van a tener que vivir 100% con el resultado de su decisión (o falta de esta) serán ustedes y nadie más. Sean responsable y tomen sus propias decisiones.
  3. No tener miedo de decidir. Recuerden, siempre podemos cambiar de opinión, pero eso también será su decisión.

Nota importante.

Los comentarios, reflexiones y recomendaciones aquí plasmadas son mi opinión personal, y no necesariamente reflejan la opinión de mi empleador.