domingo, 26 de noviembre de 2006

El valor de escuchar.

Mucho se habla del valor de saber escuchar, de la empatía que se crea entre las partes que forman una conversación, de que permite entender lo que los demás quieren decir, que es muestra de educación, de liderazgo y calidad humana.

Y sin embargo son tan pocas las veces que en verdad ponemos atención en realmente escuchar a los demás.
Estamos tan preocupados por decir nuestra verdad, tan envueltos en decir cualquier cosa con tal de demostrar que tenemos respuestas, aun cuando todavía no hemos escuchado cual es la pregunta; que arriesgamos dejar salir de nuestras bocas (o nuestras letras para aquellos que escribimos mucho) cualquier cosa; lo que en la mayoría de las ocasiones resulta en un efecto totalmente opuesto a lo queremos lograr:

La gente simplemente no nos comprende, nuestras "respuestas" se pierden de su contexto, y simplemente nuestro mensaje flotando en el limbo.

Así que una idea importante aquí es: ESCUCHA.
Cierra la boca y abre bien tus oídos y tus ojos (sí también se escucha por los ojos - buen concepto).
Hay una buena razón por la que tenemos dos orejas y dos ojos, y solo una boca.

En verdad detén tus pensamientos, abre tu mente, pon toda tu atención y digiere lo que se te esta diciendo, entiéndelo y compréndelo.

Quien sabe, tal vez y hasta logres responder bien a lo que te preguntan.

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Nota importante.

Los comentarios, reflexiones y recomendaciones aquí plasmadas son mi opinión personal, y no necesariamente reflejan la opinión de mi empleador.