domingo, 8 de abril de 2007

Sonríe y hazle el momento agradable a todos



¿Alguna vez han visto que en un avión le aplaudan a un sobre cargo?

Yo sí, y no fue precisamente porque al mejor estilo Hollywoodense salvara a todos los pasajeros de un desastre aéreo; sino porque convirtió un momento rutinario y engorroso en uno divertido y agradable.

Les cuento: Como es acostumbrado, una vez que habíamos abordado el avión y que todos estábamos ya bien ubicados en nuestros asientos, el jefe de la tripulación, un sujeto de origen cubano comenzó a dar las típicas y aburridas instrucciones de seguridad para el vuelo, solo que en esta ocasión fueron todo menos aburridas.

Él comenzó dictando la clásica letanía y los pasajeros tomamos la conocida posición de revista del avión en mano y vista perdida en sus páginas, entonces sorprendentemente este miembro de la tripulación de American Airlines (GOL!!!) dijo: “ y se que no les importa lo que estoy diciendo bla bla bla bla, y podría decirles cualquier cosa bla bla bla bla en lugar de decirles donde están las salidas de emergencia bla bla bla bla…”
Y así continuó dando la información de seguridad entre broma y broma hasta que terminó, seguido de una gran sesión de aplausos de todos los pasajeros y el resto de la tripulación.
Y claro, como deben suponerse, el resto del vuelo lo pasó platicando y bromeando con todos, y cuando llegamos a Dallas, todos bajamos del avión asegurándonos de despedirnos y sonreír una vez más con nuestro anfitrión.

Me imagino que este señor debe abrirse siempre las puertas a donde vaya. Casí puedo verlo entrar a cualquier lugar regalándoles una sonrisa a todos.

Seguramente si hacen memoria verán que tienen un amigo, familiar o conocido que es así. Gente que hace sentir a cualquiera cómodo y bienvenido en su presencia.

Yo tuve la fortuna de casarme con alguien así y también he tenido muchos amigos así.
Recuerdo a dos amigos en particular (Chava y Fillo), cada uno de etapas diferentes de mi vida, y que siempre que saludaban a alguien, no importaba de quien se tratara, sin falta tenían una sonrisa y unas palabras de bienvenida preparados para ti. Podían estar en medio de algún problema o visiblemente inquietos, pero jamás te harían una mala cara.

También recuerdo a otros amigos que eran conocidos por sus ánimos siempre bajos, a los que siempre que los saludabas tenían algo de que quejarse y a los que ya no les preguntabas como estás sino como sigues.

Creo que no tengo que platicarles quienes eran los más populares y queridos.

Hoy tengo la gran fortuna de compartir la vida con alguien así y aprender de ella día con día lo increíble que es sonreírle y ser amable con los demás.

Inténtenlo y verán cuantas puertas se abren frente a ustedes. Pero tengan cuidado y no confundan ser amable con ser políticamente correctos y no pretendan instalar una falsa sonrisa en su cara. La gente no es tonta y la hipocresía se huele a metros de distancia.

Sonreír y ser amable es una actitud, una forma de vida que viene desde adentro, son el reflejo del bienestar de nuestro espíritu y nuestra mente; y como dicen “solo cuando estamos bien con nosotros mismos, podemos estarlo con los demás”.

Así que ¿qué tan bien están hoy? ¿a cuantas personas le harán el día mejor con solo regalarles una sonrisa?


1 comentario:

Anónimo dijo...

Que padre!!! así sí sonrio :)

TAM

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Los comentarios, reflexiones y recomendaciones aquí plasmadas son mi opinión personal, y no necesariamente reflejan la opinión de mi empleador.