lunes, 22 de septiembre de 2008

Nunca olvides por qué haces las cosas que haces.

Así que esta es la situación: tomaste un nuevo trabajo que prometía ser mejor que el anterior, mejores horas de trabajo, mejor salario, mejores prestaciones, mejor título, mejor oficina, mejor desarrollo; simplemente mejor.

Pasan unos meses y te vas dando cuenta de que como dice el dicho “En todos lados se cuecen habas”; sí ganas más, pero estas gastando más en comidas, gasolina o cualquier otra cosa, tu sensacional horario de trabajo de un momento a otro se convirtió en el mismo viejo horario de 12 o 13 horas diarias de trabajo, las mejores prestaciones las tienes, pero no tienes tiempo para usarlas y te das cuenta de que ni el título ni la oficina son incentivo suficiente para convencerte de que estás mejor. Los problemas típicos de cualquier corporación comienzan una vez más a llenarte los zapatos de piedritas; la burocracia, personas que no te agradan del todo y diferencias de visión con tu jefe son algunas de las situaciones te llevan a preguntarte si es que tomaste la decisión correcta esta vez.

¿La respuesta? esta se presenta en forma de una pregunta más: ¿Elegiste esta nueva opción simplemente porque te ofrecía mejor paga y posición, ó la tomaste porque en verdad crees que te acerca un paso más hacia el objetivo de vida que te has trazado?

Si la primera opción es tu respuesta, entonces amigo mío, estás en problemas, porque no importa que tan bueno sea tu nuevo empleador, lo has elegido por las razones incorrectas y, tarde o temprano, esto se te hará tan evidente que te hartará.

Por el contrario, si haz decido hacer este cambio porque se alinea mucho más con el objetivo de vida, misión o leyenda personal que has definido, entonces, no importan que tan difícil se pongan las cosas o cuantas “habas habrán de cocerse”, siempre tendrás una razón mucho más fuerte y sólida para mantener tu decisión.

Claro que todos queremos tener mejores condiciones conforme avanzamos en nuestras carreras, después de todo estas son “señales de éxito” y de que estamos creciendo como profesionales. ¿Pero de que nos sirve acumular todos estos “logros” si no tenemos un destino definido al que aspirar? Si no tenemos una razón clara por las que hacer las cosas, sino más que acumular dinero y posición, entonces siempre seremos susceptibles a perder el norte y dejarnos llevar por los cambios superficiales que “prometen” ser mejor, pero que en realidad solo son un espejismo más, tal cual el que queremos dejar atrás.

Ahora, si tenemos un norte bien definido, si sabemos cual es nuestra vocación, la leyenda personal que queremos cumplir, sabremos hacia donde vamos y podremos distinguir con claridad entre los obstáculos que hay que vencer para seguir adelante, los que de plano hay que rodear con cambios para poder continuar nuestro camino, y las pequeñas tareas que nos incomodan pero que son condición a cumplir para poder permanecer en ese sendero que a final de cuentas nos llevará mucho más cerca de a donde queremos llegar.

Así que he aquí un simple consejo: si no los haz hecho ya, define bien a donde quieres llegar, descubre y realiza tu leyenda personal; y si ya conoces cual es esta y te sientes confundido porque no sabes como continuar con el trabajo en el que estás, solo tómate un respiro y recuerda qué alturas quieres alcanzar y como estar en donde estás te va ayudar a llegar hasta allá.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón.
Creo que en este caso lo difícil es encontrar lo que quieres y seguir los pasos necesarios para obtenerlo.

TAM

Ricardo Valdès dijo...

Puedes cambiar el color de cabello, puede que adelgaces también, puede que pongan tu golosina preferida, pero pedir al cielo que se vuelva naranja y al sol que no queme tanto.... puede ser que en el intento el sol deslumbre tus pupilas sin dejarte ver más el camino, desorientarte.

Pues mientras nos falta lo que deseamos, nos parece que supera a todo en valor, pero cuando fue alcanzado, se presenta otra cosa, y así siempre estamos presos de la misma sed, ¿Señales de vida? ¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?

Alejandro Tovar dijo...

Muy buen post y muy realista. Considero fundamental que se tenga una visión clara de hacia a dónde se va.

Trendgiorno.com

Nota importante.

Los comentarios, reflexiones y recomendaciones aquí plasmadas son mi opinión personal, y no necesariamente reflejan la opinión de mi empleador.