Nota: Para los que vienen leyendo este blog desde hace tiempo, recordarán que también publico en el Blog Mekate.com, donde principalmente discutimos temas más alineados con la industria de la Comunicación y la Publicidad.
Buen pues, he aquí la primera entrada que publiqué en Mekate.com este año que inicia.
Muy bien mis queridos y un poco abandonados amigos mekateros!
Ya ha pasado mucho tiempo desde que escribí mi última entrada en este blog, así que prometo hacer un esfuerzo para retomar el buen camino.
He de decir que en ocasiones, la principal razón por la que algunos bloggers dejamos de escribir temporalmente es, desde mi punto de vista, la falta de cosas realmente importantes y valiosas que decir.
Pero ahora tengo el material perfecto para compartir con ustedes muy, pero realmente muy interesantes, puntos de vista de 237 bloggers a nivel mundial quienes, a través de un enorme esfuerzo colaborativo, participamos como coautores del libro Age of Conversation 2: Why don’t the get it.
Así que a partir de hoy y periódicamente (conste que no dije qué periodicidad) estaré discutiendo con ustedes las opiniones que tengo sobre el pensamiento que tantas personas tan talentosas y experimentadas han compartido en este libro.
Ojo, esta nueva serie de entradas no pretende en ningún momento publicar por aquí el contenido del libro, sino tan solo compartir mi opinión, y la suya, al respecto.
Si quieren leer el libro (y créanme que bien vale la pena que lo hagan), pueden comprar el libro en Lulu.com, hay 3 versiones, pasta dura, de bolsillo y electrónico. Además, si lo compran estarán participando en una buena obra social, pues todos los ingresos generados por las ventas de este están siendo donadas Variety, International Children’s Charity.
Buen pues manos a la obra. Como habrán visto o deducido de las entradas que anteriormente he publicado tanto en Mekate.com como aquí en De lo cotidiano y lo no tanto, para mi uno de los rasgos más importantes en un profesional es su actitud de servicio y su capacidad de conectar, simpatizar y empatizar con sus clientes y colegas en general.
De modo que no resulta extraño que el primer tema que quiero compartir sea el capítulo de Cam Beck titulado “An Agency Story” (Una historia de Agencia) en la que Cam narra con mucho realismo una situación que muy frecuentemente sucede en las empresas (agencia en este caso), especialmente en las más grandes, más exitosas o más reconocidas. Cuando la gente que labora para estas se emborracha de éxito y por estar “ensimismados de si mismos” solo hablan de ellos y de porque creen que básicamente le estarían haciendo un favor al cliente por trabajar con el cuando en lugar de esto lo que deberían hacer es poner atención y escuchar las necesidades del cliente, que más frecuente que no, resultan ser muy diferentes a lo que creíamos que eran: “Gracias, eso está muy bien. Me ha convencido de que han alcanzado el pináculo de su industria. Y obviamente están orgullosos, y tienen toda la razón de estarlo. Agencias, no solo en los Estados Unidos, pero en el mundo entero, deberían estar celosos de los premios que ustedes han recibido. Pero mientras hablabas y presumías todos los reconocimientos que han obtenido, ignoraste completamente mis necesidades. Ni siquiera me preguntaste cuál es mi problema. Tan solo unas preguntas y propuestas de soluciones hubieran ayudado a elaborar tu caso..:” Cam Beck, Age of Conversation 2: why don’t they get it. Página 72.
Quiéres saber cual era el problema del empresario? No dejes de comprar Age of Convesation 2 y leerlo, recuerda, está en la página 72.
Y mientras obtienes el libro y lo lees, no olvides que no importa que tan grande, exitosa, famosa o rica sea tu empresa o la compañía para la que trabajas, a final de cuentas la gente no quiere trabajar solo con las personas u organizaciones que tienen más fama, poder o dinero; las personas quieren hacer negocios y trabajar con las personas con las que gusta interactuar y convivir. Y la mejor manera de que a la gente le guste interactuar contigo es empalizando y simpatizando con ellas, teniendo una actitud de servicio y de generación de valor, y la única manera de hacer esto es escuchando, poniendo atención, observando y no hablando por hablar.
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