Es cosa común. Todos lo hacemos prácticamente todos los días; recibimos, aceptamos y enviamos invitaciones para conectar con distintas personas (conocidas en la mayoría de los casos) a través de redes sociales como FaceBook, Twitter, Linkedin, etc. Pero también resulta normal que rechacemos las invitaciones de aquellos a quienes no conocemos o peor aún que esos conocidos para nosotros que en realidad a nosotros no nos conocen, declinen nuestra invitación a conectar.
Esto es algo que, por estar en la línea de trabajo en la que me desempeño, cuando asisto a eventos y conferencias, sea estando frente al público, siendo parte de este o trabajando tras bambalinas, he podido ver con frecuencia desde ambos puntos de vista: el del invitante y el del invitado.
En estos eventos es relativamente fácil conocer a personas interesantes y compartir e intercambiar puntos de vista aunque sea por un par de minutos. Cuando esto sucede, en el mejor de los casos lograste hacer un impacto en la persona a quien querías conocer y pudiste intercambiar tus datos de contacto y, si eres bueno para dar seguimiento, al día siguiente le habrás enviando un mensaje agradeciéndole la conversación e invitándolo a conectar a través de alguna red social para continuar con su diálogo; pero si eres como la mayoría de nosotros, seguramente olvidarás hacer esto al día siguiente y meses después al encontrar a dicha persona en la lista de amigos de un amigo tuyo tratarás de agregarlo a tu red, esperando que él o ella, como si hubiesen sido tus mejores amigos en la secundaria, te recuerden y te abran la puerta a su mundo de par en par.
Pero seamos sinceros ¿Tu dejarías entrar a tu casa a cualquier extraño que toque a tu puerta? ¿Entonces por qué esperas que las personas que no te conocen acepten tu invitación a ser amigos en FaceBook o contactos en Linkedin nada más porque sí?
Construyendo nuestra red de contactos.
Aceptémoslo, aun para los más populares personajes que conocemos, puede resultar más complicado de lo que esperaban comenzar a establecer su red de contactos profesionales y personales. Ninguno de nosotros nacimos sabiéndolo y el aprovechamiento total de las redes sociales aún sigue sin comprenderse en un 100%. Sin embargo creo que existen algunos tips básicos que pueden ayudarnos a comenzar a construir nuestra red social:
- Participar en redes sociales, aunque puede ser muy atractivo, no solo se trata de un concurso de popularidad, sino de generar conexiones de valor y este es más sencillo brindarlo a personas con quienes tienes algo en común. Rodéate de gente con valores, principios e intereses similares a los tuyos y no solo trates de tener seguidores por tenerlos.
- No hagas “Cold Invitations”, esto es el equivalente a las famosas llamadas en frío o cold calls de ventas. Y ¿Cuándo han visto que en verdad funcionen?
- Encuentra a tu Doctor cupido. No me refiero al típico amigo siempre dispuesto a agendarte una cita a ciegas, sino a aquel que ya tiene una relación construida con quien tú quieres conocer; pídele que te presente con él o ella, seguro con gusto lo hará. La teoría de los seis grados de separación existe por algo, haz la tarea y encuentra a la persona quien te puede presentar.
- Crea tu abre-puertas y participa en la conversación. A la fecha muchas organizaciones, sobre todo las que su esquema de comercialización es de empresa a empresa (B2B), utilizan el marketing directo para identificar a sus mejores prospectos, perfilarlos y enviarles un paquete de comunicación que tiene como objetivo crear interés sobre su marca y lograr que “el comprador” le abra la puerta al “vendedor”.
Twitter , los trackbacks y las secciones de comentarios en blogs y foros, son excelentes herramientas para esto, Quienes compartimos nuestro contenido con los demás, ya sea a través de nuestro blog, por videos en YouTube, por nuestros estatus en twitter o FB o nuestros comentarios y respuestas también; no solo estamos abiertos a la retroalimentación de los demás, sino que la buscamos abiertamente.
¿Quieres contactar con alguien a quien no conoces? Búsca su blog, su podcast, su perfil en twitter, escucha lo que tiene que decir, trata de entenderlo y compárteles tu punto de vista también. Participa en su conversación, agrégale valor, date a conocer y entonces, ya que hayas establecido ese diálogo, pídele que te agregue a su red de contactos también. - Conviértete en alguien con quien los demás quieran conectar. Inicia tu propia conversación.
Todos tenemos algo que decir, experiencias que compartir y anécdotas que contar. Pierde el miedo y tira a la basura el pretexto de que nadie más se va a interesar por lo que tienes para compartir. Te sorprenderías de la cantidad de personas que hay allá afuera con intereses tan parecidos a los tuyos; en un mundo virtual donde hay más de 1,300 billones de personas conectadas seguro que encuentras a alguien tan apasionado como tú por tu tema de interés.
Y como dice mi amigo y blogger Phil Gerbyshak: “Da antes de pedir”.
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